Qué hacer en Albarracín

Después de nuestra visita al Monasterio de Piedra, proseguimos nuestra ruta por tierras mañas hacia Albarracín, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Para no bajar directamente por la A23 y hacer algo de turismo interior, había buscado pueblos que tuvieran ese «algo» necesario para desviarnos de la ruta. Y esos pueblos son Daroca y Anento. Es posible que no te suenen, no te culpo.

Los pueblos más bonitos de España

Daroca

Daroca está catalogado como conjunto monumental histórico, por sus puertas, el arte gótico de sus iglesias (que como todas las de la región, estan cerradas), el conjunto pictórico en forma de frescos (que no pudimos ver) y los restos de la antigua alcazaba musulmana, así como una «siempre animada calle Mayor«, según la guía que llevamos en el coche. La oficina de turismo organiza visitas guiadas de dos horas que recorren el rico patrimonio de la ciudad. Puedes obtener más información aquí y enamorarte de este pueblo gracias a la crónica de Algo que Recordar.

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Anento

Anento llama nuestra atención por aparecer en la lista de «pueblos más bonitos de España», publicada por http://www.lospueblosmasbonitosdeespana.org/ «Hombre, pues habrá que ir,no?» Eso pensamos nosotros y los otros diez coches que llegaron al enorme descampado habilitado como parking, ante la previsible avalancha de turistas que lleguen a este pueblo atraídos por la titulitis que nos afecta. Sin desmerecer al pueblo, parece ser que es bastante fácil formar parte de esta lista de selectos, ya que la inclusión no es por motivos puramente objetivos (aunque los solicitantes pasan una auditoría) sino que cualquier alcalde, previo pago, puede solicitar la inclusión. Esto le da derecho a lucir un cartel en la entrada del pueblo y es un buen reclamo para dinamizar el pueblo.

Anento tiene un castillo de posible orígen árabe que domina el pueblo, un conjunto de calles empinadas rodeadas por edificios pintados de vívidos colores. En la iglesia de San Blas (que no el muelle ;)) hay un retablo gótico en el que se narra el estilo de vida de la época con todo lujo de detalles.

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Ahora sí, enfilamos hacia Albarracín por la A-23. Es curioso que siendo uno de los pueblos más bonitos de España (y de mayor interés en la provincia de Teruel), no esté correctamente señalizado en los carteles de la autovía bajando desde Zaragoza. El GPS nos indica la salida 131, en la que sólo está escrito Cella. Tendremos que fiarnos. Más tarde Cristina de el Andador nos explica que esa es la salida correcta, ya que la salida 124 (dónde sí está indicado Albarracín) obliga a recorrer más km hasta llegar.

Pasado Cella empieza la carretera de curvas que en unos 20 km nos dejará en Albarracín. La presencia de aparcamentos enormes en la entrada del pueblo (¡y llenos!) ya nos delata el éxito turístico de la ciudad (sí, ciudad, aunque pueda parecer extraño debido a su reducido número de habitantes), aunque desde el aparcamiento todavía no se divisa el pueblo, ya que se encuentra elevado, en forma de media luna siguiendo el cauce del río Guadalaviar, por lo que todavía sorprende más cuando empiezas a subir.

Qué ver en Albarracín

Dicen de Albarracín que todas las calles llevan a la plaza Mayor, dónde evidentemente se encuentra el Ayuntamiento, en una plaza porchada que antiguamente servía como mercado. Durante la subida por la Dolorosa (no hace falta decir nada más, señoría) ya observamos que se trata de una ciudad singular, con sus estrechas calles empedradas y casas de color rojizo. Es fácilmente recorrible a pie, pero hacerlo sin guía significa perderse todas las historias que han contribuído a la construcción de la ciudad y que dan significado a cada una de sus calles.

Por ello una de las mejores cosas qué hacer en Albarracín es unirnos a uno de los grupos de Visitas Guiadas el Andador (que nadie se asuste, el nombre viene por la torre de vigía de la parte superior de la muralla, no porque nos vayan a cansar demasiado). Nosotros escogímos el numeroso grupo de las 12:45 de, que ya está reunido en la plaza del Ayuntamiento. Por 3,5€ nos van a tener super entretenidos durante la próxima hora y media, contándonos la historia de Albarracín con pelos y señales.

Pese a su tamaño (así como el mío), Isabel (todo energía y positivismo) se hace oir entre el grupo. Nos explica que el color característico de todas las casas (menos una) de Albarracín se debe al yeso con el que están construidas, que contiene partículas de hierro. Dado que desde 1961 es monumento nacional, toda nueva construcción debe mantener esta estética y no se pueden pintar de otros colores. Mientras el grupo se para en una de las calles para observar las fachadas que se juntan en la parte superior para proteger del clima, es difícil imaginar que por allí se hacen encierros de novillos durante las fiestas mayores.

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Mezcla de religiones en Albarracín

Isabel nos cuenta que la ciudad era originariamente árabe pero con independencia del Califato de Córdoba. Posteriormente pasó por cesión a una família cristiana, los Azagra, que se encargaron de hacer de la ciudad un Señorío independiente del Reino de Castilla en 1170, lo que crea un obispado propio que permite la construcción de una Catedral, consagrada como tal desde Toledo antes que la de Teruel. Ésta se construye sobre los restos de la antigua mezquita árabe, plasmando sin duda el cambio de manos de la ciudad. Pese a todo, era una de las diocesis más pobres de España. En la construcción de la Catedral, cada obispo aportaba algo de su agrado, y es por ese motivo que se observa una mezcla de estilos arquitectónicos, especialmente apreciable en las tejas de colores de la torre, traídas desde Manises, ciudad de orígen de uno de los obispos.

Aunque las nuevas normas cristianas permiten quedarse a los musulmanes (es necesaria mano de obra), la mayoría prefiere trasladarse a Teruel, dónde por lo menos se respeta su libertad de culto. Albarracín es repoblado por familias del norte, lo que hace que muchas casas tengan apellidos de esa zona. La ciudad se integró en la Corona de Aragón tras la conquista de Jaime II en 1300, perdiendo así su independencia pero ganando el título de ciudad.

Pese a su tamaño, a lo largo de la visita guiada encontramos muchas iglesias (aunque muy senzillas). Esto es porque había muchos peregrinos que dejaban beneficio en la ciudad, y ya en esa época se miraba el beneficio turístico.

La casa más famosa de Albarracín

Siguiendo al grupo llegamos a la casa más famosa de Albarracín, aquella en la que se quisieron recoger todas las características arquitectónicas de la ciudad. Es la casa de la Julianeta y ocupa un lugar destacado en una esquina, justo a la entrada de la puerta de Molina, desde la cual se tiraba resina caliente al enemigo que pretendía entrar en la ciudad.

Visita a la casa museo Pérez y Toyuela

Es posible que después de tanto rato subiendo y bajando por las calles de Albarracín, te preguntes cómo debía ser la vida aquí. En el precio de la visita guidada está incluída la visita a la casa-museo Pérez y Toyuela, propiedad de El Andador, y en la que se pueden observar las diferentes dependencias (evidentemente, a la servidumbre le tocaban las peores), decoradas con los muebles y objetos originales, lo que permite hacerse una idea muy precisa de cómo vivían. La casa está dividia en tres plantas y no se pueden hacer fotografías. Actualmente la vida en Albarracín debe ser muy diferente, ya que a consecuencia del turismo, es una ciudad que podríamos comparar (salvando las distancias), con cualquiera de la costa, dónde la mayoría de negocios viven de la afluencia de turistas y vecinos se tienen que esperar a que pasen los grupos para poder entrar a sus casas. Eso sí, ¡por lo menos no han proliferado las tiendas de souvenirs cutres!

Las mejores vistas de Albarracín

Isabel me recomienda acercarme a un torreón escondido, desde el que se obtiene una bonita panorámica de la ciudad. Y como a mi me gustan más las alturas que a Golum el anillo, me separo del grupo y subo las escaleras del torreón. La vista desde arriba es impresionante, especialmente ahora que empieza a aclararse el día. ¡Y lo mejor es que estoy sola!

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En las murallas se aprecia el «cambio de manos», pues algunas torres son redondeadas (musulmanas) y otras cuadradas, ya construídas en época cristiana. Andando llegamos hasta la Catedral, que actualmente está en restauración. En la puerta del palacio del obispo están los famosos lagartos, que otros nobles copiaron para demostrar que si el obispo podía, ellos también.

Es desde aquí desde donde se obtienen una de las fotos más bonitas de la ciudad, coronada por la gran muralla, que en tiempos pasados tuvo un gran valor defensivo.

La visita guiada de El Andador llega a su fin, y además es ya hora de comer (¡aunque se nos ha pasado volando le tiempo!). Pero aún tienen una pequeña sorpresa final, que se trata ni más ni menos de una degustación de productos de la tierra, sin duda el mejor souvenir que nos podemos llevar. ¡Todo el mundo sale tan encantado de la visita que la mayoría reservamos ya para el día siguiente en Teruel!

Como siempre, un pequeño vídeo de nuestra visita

 Info útil de El Andador – Visitas Guiadas

Dirección: C/ Catedral 4, Albarracín

Duración: 1,5 horas (aunque sus guías le ponen tanta pasión que es posible que se alargue un poquito más)

Precio: 3,5€ (incluye la visita a la casa museo)

Horarios: Entre semana a las 12.00 y 16.30, en fin de semana amplían a 10.30, 11, 12, 12.45, 16.30 y 17.30

Teléfono: 978 700 381

Web: http://www.elandadoralbarracin.es/

¿Dónde comer en Albarracín?

Restaurante La Realda

Al ser una localidad que vive del turismo, la oferta es buena y variada, apta para todos los bolsillos. Como nosotros siempre vamos en búsqueda del BBB, tras leer los comentarios en Tripadvisor, nosotros escogimos la Realda, situado en la calle Diputación 8. Al llegar estaba lleno, pero pudieron montarnos una mesa en la terraza. El menú de sábado cuesta 14€ (pan y bebida incluídos) e incluye los siguientes platos:

PRIMEROS

• Canelones de espinacas
• Lasaña de carne
• Migas con huevo frito y uvas
• Macarrones boloñesa o con atún
• Sopa de fideos
• Judías blancas con morro y chorizo
• Ensalada mixta
• Arroz a la cubana
• Callos con garbanzos
• Berenjena rellena

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SEGUNDOS

No se quedan cortos tampoco en la oferta

• Codorniz escabechada
• Solomillo de cerdo a la brasa
• Manitas de cerdo
• Sepia a la plancha
• Emperador a la plancha
• Pinchos morunos
• Churrasco adobado
• Pechugas al roquefort
• Pollo al horno
• Carrillera de cerdo al horno
• Pimientos rellenos al bacalao
• Hamburguesas

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POSTRES

Siempre, siempre, siempre hay sitio para los postres, y más si pintan tan deliciosos como los siguientes (¡y todo casero!):

• Mousse de mora
• Mousse de chocolate
• Natillas
• Tiramisú
• Cuajada
• Flan
• Helado
• Fruta del tiempo

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Qué hacer cerca de Albarracín

Si después de comer todavía tienes ganas de ver cosas, las guías de El Andador nos recomendaron un par de sitios a los que nos podíamos acercar:

Subir a las murallas

No hace falta desplazarse mucho para admirar una de las mejores vistas de Albarracín. Simplemente coger aire y subir el camino hacia la torre más alta de la muralla que parte de la casa de Julieta. Es un camino no asfaltado con algunas piedrecitas sueltas, pero las vistas desde arriba son impagables. ¡Lástima que cuando llegué arriba empezó a llover y soplar mucho viento!

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Cascada Batida

Saliendo de Albarracín por la carretera que cruza el pueblo por debajo gracias al túnel y a pocos kilometros, en dirección Calomarde, aparece la señalización de Cascada Batida. Ahi se puede aparcar e incluso hacer picnic en las mesas dispuestas para ello. Pero lo bonito, pese a la lluvia, es bajar hasta la Cascada, que se puede admirar desde un puente que la cruza.

¿Y tú, has estado en la sierra de Albarracín? ¿Qué otros lugares nos recomiendas?