La primera vez que oímos hablar de las Batu Caves fue en Pekín Express, cuando los concursantes tenían que subir los 272 escalones cargados con la mochila y soportando el calor húmedo de la capital, para que al llegar arriba les preguntaran por la cantidad exacta de escalones, que obviamente no habían contado y tenían que volver a bajar. ¡Menudo faenón!
CUEVAS LLENAS DE TEMPLOS
Las Batu Caves se encuentran a escasos 13 km de la ciudad de Kuala Lumpur, pero el paisaje cambia drásticamente. Se trata de una colina de piedra caliza en cuyas cuevas naturales encontramos distintos templos hindús, lo que la convierte en uno de los santuarios hindues más grandes fuera de la India, y por lo tanto, centro de peregrinaje y celebraciones de la comunidad hindú de Kuala Lumpur. Haciendo un símil rápido, podríamos decir que se trata de una especie de Montserrat, una montaña mágica. Es una excursión de medio día ideal para realizar si nos sobra tiempo en la capital.
Nada más salir de la estación de tren, ya nos llega ese olor a incienso tan característico, y es que lo primero que vemos al llegar es un templo dedicado a Hanuman, el dios mono. Como en la India, debes descalzarte para entrar a los templos (tranquilo, nadie se va a llevar tus zapatos), dónde llevan a cabo coloridas celebraciones y ofrendas, que puedes comprar en los diversos tenderetes.
En una enorme plaza vemos el signo más reconocible de las Batu Caves, la enorme estatua dorada del dios de la guerra y de la victoria Murungan, situada al pie de las famosas escaleras que dan acceso a la cueva. En los pies de la estatua juegan (y se pelean) los monos, auténticos jefes de las Batu Caves, de los que es mejor mantenerse alejado.
LOS MONOS DE BATU CAVES
Si eres de ciudad como nosotros, es muy probable que la primera vez que veas los monos te hagan mucha gracia y quieras darles de comer alguna de las frutas que venden en los tenderetes a pie de las batu caves, o incluso hacerte una foto con ellos.
No te dejes engañar por su mona apariencia (nunca mejor dicho😝😝) y mantente todo lo alejado que puedas de ellos. Son conocedores del poder que tienen y se han hecho los jefes del lugar. Estan pendientes del menor descuido del visitante para robarle lo que lleve, especialmente si es una bolsa de plástico rojo, pues es sinónimo de comida. Parece un tópico, pero mientras estábamos en el interior de los templos vimos más de un tirón (cuando no pelea) protagonizado por un mono cabrón.
SUBIDA A LA CUEVA
Hace calor, lo sabemos, y las escaleras no son demasiado apetecibles. Pero ya que has llegado hasta aquí, no vas a echarte atrás ahora. ¡Así que valor y al toro! Entrar a las Batu caves es GRATIS, aunque aviso para mujeres: a la entrada te alquilarán un sarong si vas demasiado corta (cuando bajas te devuelven una parte del dinero), por lo que mejor llevar siempre un foulard en la mochila para evitar estos problemas (o vestir directamente con pantalón largo, algo bastante más inviable). Por si la subida se presentaba complicada, hacerlo con un pareo añade puntos extra de dificultad.
Además a los pies de la escalera hay unos simpáticos obreros que te intentan convencer de que les ayudes a subir los ladrillos, como si ello diera buen karma. ¡Pues hay turistas que se lo creen, y allí los ves, cargando su ladrillo escaleras arriba! Bastante nos costó a nosotros, como para encima cargar extra, aunque habremos ganado todos los puntos negativos de esta vida y las siguientes.
Sabes que son 272 escalones y no te tomas la más mínima molestia de contarlos, pues bastante tienes con que tu hígado no se te salga por la boca en uno de los múltiples descansos que haces «para ver las vistas» (¡ay ese precioso cielo gris de Kuala Lumpur!), además de estar al loro de los monos cabrones que acechan en las barandas de las escaleras, mientras tu ego se hunde en la miseria cuando ves que los ancianos suben más ligeros que tú. ¡Y al llegar arriba te encuentras el cartel de «no excercise» (custodiado por algunos monos), que no sabes si tomartelo a broma o qué!😅
INTERIOR DE LAS CUEVAS
Cuando recuperas el aliento, te das cuenta que estás dentro de una impresionante cueva, en cuyo interior hay todo tipo de templos hindus y pequeños altares construidos en el interior de la piedra. Tan sorprendente es ver que se llevan a cabo rituales como las formas de la roca natural dentro de la que te encuentras.
Finalizada la visita a los templos y tras observar algunas peleas de monos, llega el momento de bajar, ¡que por supuesto es mucho más fácil que subir!
INFO PRÁCTICA
💰¿Cuánto cuesta?💰
Como hemos dicho anteriormente, visitar las Batu Caves es gratis siempre que lo hagas por tu cuenta, algo que no tiene ningún peligro. Hay agencias que realizan la excursión por unos 30$ por persona, pero muy probablemente te paren en la tienda de souvenirs del primo… Nosotros utilizamos el transporte público y siendo dos personas, nos costó 10.40 MYR ida y vuelta (unos 2,23€), a los que hay que sumarle 4,4MYR (0,95€) para llegar hasta la estación de metro. Por poco más de 3€ hicimos la excursión de medio día.
¿Cómo llegar?
La forma más rápida y barata de llegar es hacerlo con el metro, utilizando la línea 2 del KTM (línea roja), que pasa por la estación central de KL Sentral y finaliza en las Batu Caves, por lo que no hay pérdida posible. El tren pasa cada 45 minutos.
En la estación de Batu Caves hay un cartel que informa de los horarios del tren. Éste pasa cada 45 minutos,