Si te digo Vespa, muy posiblemente la asocies con la película «Vacanze Romane», dónde Audrey Hepburn y Gregory Peck recorrían la ciudad a lomos del clásico de 1946 (el 23 de abril de ese año se presentó el primer prototipo de 98cc). La Vespa cumplía las siguientes condiciones, que propiciaron que se hiciera tan popular que en 1953 ya se produjeran 171.200 unidades:
- Manejo simple
- Cuerpo robusto
- Económica
- Fácil de conducir tanto para hombres como mujeres
- No permitir que la ropa del conductor se manchara.
Aunque probablemente hayas escuchado que Roma es una ciudad para andar y perderse, nosotros proponemos hacerlo de una forma diferente y totalmente cinematográfica: ¡en Vespa! Sigue leyendo si te quieres sentir como los protas de la peli por unas horas.
¿Por qué debería alquilar una Vespa en Roma?
- Siéntete una estrella
Si te gusta el cine, la experiencia hollywodiense es un must en tu visita a Roma. La relación Vespa-Roma va mucho más allá de Vacanze Romane (aunque ésta sea su máximo exponente), hay otros clásicos en los que hacen alusión: La Dolce Vita o el fotograma de un descanso durante el rodaje de Ben Hur. Además, es un clásico de la cultura italiana.
- Reducir distancias
La ciudad Eterna es muy grande y las distancias entre puntos son amplías. Además, sólo hay dos líneas de metro, que por supuesto no llegan a todos los puntos de la ciudad (¡con la de tesoros que hay bajo la ciudad, seguro que cada vez que excavan tienen que parar las obras para la protección de los restos arqueológicos!). Este es nuestro super mapa, dónde hay heladerías, restaurantes (¡nos gusta la buena vida!) y los sitios para ver. En granate, la ruta que hicimos en un día de Vespa. De Vaticano a Colosseo en 10 minutos, cuando en transporte público habríamos tardado casi 45! Además del tiempo, te permite una libertad total y no depender de los horarios de nadie.
- Descubre otras Romas.
Roma es mucho más que el Colosseo y la Fontana di Trevi. Hay muchos lugares situados fuera del centro turístico que merece la pena visitar, como la Basílica Papal de San Pablo Extramuros, las Catacumbas o la Vía Apia y un free tour por Roma nos puede ayudar a descubrirlos. Además, fuera de las zonas turísticas encontrarás restaurantes dónde van a comer los habitantes de la ciudad, (¡y que son para chuparte los dedos!)
- Ves en busca de la luz
Ya hemos dicho más de una vez que tanto la doctora como el residente somos unos enamorados de la luz, por lo que viajar con nosotros es madrugar para los amaneceres y dejarlo todo para ver atardecer. Es por eso que aprovechamos al máximo nuestra vespa para ir en busca de los reflejos en el Tíber una vez se ha puesto el sol, para ver el Colosseo sin nadie, la ruinas del Foro Traiano o para recoger las luces del amanecer en la cúpula de San Pedro.
¿Cómo es conducir en Roma?
Ahora viene la pregunta del millón: ¿Pero el tráfico en Roma no es un caos? Nosotros también lo hemos oído hasta la saciedad, que es de locos meterse a conducir por Roma. Esa era nuestro mayor freno para alquilar la vespa y tras buscar un poco en varios foros, vimos que todas las opiniones eran positivas.
No sé si es porque era fin de semana o porque (se dice que) respetan a los guiris con vespas de alquiler, no tuvimos en ningún momento sensación de peligro ni riesgo de accidente. Eso sí, ¡la delimitación de los carriles o señales brilla por su ausencia, así como los semáforos en interminente que te indican que puedes girar! Por lo que a veces es complicado seguir las indicaciones del GPS. Si pierdes un desvío, siempre puedes dar la vuelta y volver a intentarlo. Si no tienes GPS en tu smartphone, siempre puedes utilizar este mapa de Bici Baci, dónde hay ya las rutas marcadas para que no te pierdas nada.
Otro punto a tener en cuenta es que gran parte de las calles son adoquinadas, así que al principio es conveniente agarrar bien el manillar y tener cuidado en caso de lluvia.
Ten en cuenta que la mayoría de puntos turísticos se encuentran en zonas peatonales, por lo que tendrás que dejar la moto aparcada en uno de los múltiples aparcamientos gratuitutos de la ciudad (no en vano es la ciudad europea con más motos) y acercarte andando hasta el Panteón, la Fontana di Trevi o la Piazza Spagna, con su famosa escalinata. ¡Aunque lleves Vespa, no te librarás de andar! (pero será un poquito menos) 😉 Eso sí, si vas de paquete en la vespa como fue mi caso, es posible que al bajar te duelan un poco las rodillas o tobillos, ya que no tiene reposapies y la posición de las piernas es un poco forzada.
¿Dónde alquilar una Vespa en Roma?
Después de mucho mirar, nosotros contactamos con Bici Baci, una de las empresas más conocidas de la ciudad, y con tres locales, lo que es muy práctico para recoger o devolver la moto. Para alquilar la Vespa (tipo E), es necesario tener el carnet de conducir B (el de coche de toda la vida) y algo de experiencia con motocicletas. El Residente lleva moto de marchas en Barcelona, por lo que la conducción de la Vespa le pareció un patinete. Yo la probé en zona residencial, y aunque es fácil de conducir, es mejor que la lleve alguien acostumbrado al tráfico y la agilidad de una motocicleta, si no queréis que vuestra experiencia en Roma sea más estresante que relajante 😉
El precio de alquilar la Vespa es de 128€ y en el momento del alquiler (y tras bloquear 700€ de tu tarjeta de crédito en concepto de fianza) nos dan cascos, el seguro a terceros, el mapa con la ruta turística, candados para la moto, nos dejan escoger cual queremos (evidentemente la roja, aunque había una con sandías pintadas que hubiera tenido su gracia) y nos explican cómo funciona. No tiene mucho misterio: intermitentes, gas y frenos, por lo que no hay que preocuparse de nada, sólo de pasarlo bien.
Hay que destacar que aplican una política de combustible justa, por lo que te piden que devuelvas la vespa con la misma cantidad de combustible que ellos te entregan. ¡Ojo que los domingos hay muchas gasolineras cerradas!
Lo bueno de la Vespa es que los cascos caben en el cajón trasero y debajo del asiento, por lo que no tienes que llevártelos contigo en tus visitas. Ambos cubículos también pueden tener usos alternativos, cómo hicimos nosotros al cargar provisiones de agua, galletas y souvenirs en el primer supermercado que encontramos (¡es que no se nos puede dejar solos!), por lo que teníamos que jugar al tetris cada vez que queríamos colocar el casco.
Espíritu de Diógenes aparte, la Vespa nos fue muy bien para poder llegar a todos los sitios a los que queríamos ir, sin tener que sufrir por los horarios, el precio del billete del transporte público o tener que vigilar si había carteristas cerca. Ambos creemos que cuando visitemos otra ciudad europea, será una opción muy a tener en cuenta.
¡Y como siempre no os podemos dejar sin el vídeo de nuestra experiencia!
Esperamos que después de este post, mires las Vespas de forma distinta (¡nosotros ya lo hacemos!) y te plantees alquilar una vespa en tu próxima visita a Roma. Y si no te animas a recorrer Roma en moto, puedes coger el bus turístico y dedicarte solo a disfrutar.
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