Tal y como expliqué en mi anterior post, mi viaje a Senegal estuvo, en gran parte, motivado por el gran descubrimiento vía una red social del alojamiento de ecoturismo Nguel du Saloum.
Cuando decidí ir a pasar mis vacaciones de Navidad fuera de casa, tenía claro lo que me apetecía: desconectar para conectar conmigo misma. Para ello necesitaba un lugar en el que estar rodeada de naturaleza, un “poquito” de calor y playa, porque para mí un bañito en el mar siempre es renovador y casi diría que terapéutico.
Sin duda, elegí un lugar ideal…
¿Qué es Nguel du Saloum?
Nguel du Saloum es un alojamiento que surge de un proyecto vital de una familia formada por cuatro miembros: Abdou, Mar, Sira y Quim, una familia catalana y senegalesa. Cuando descubrí su web por internet empecé a detectar que habría sintonía entre nosotros y ahora que vuelvo a estar en Barcelona, para mí son y serán siempre mi “familia senegalesa”.
Éste es uno de esos proyectos que se construye con ilusión, con ganas de crecer y, sobretodo, con mucho amor. Es por esto que he decidido compartir mi experiencia a allí con todos vosotros y dar a conocer este idílico lugar.
A partir de un terreno vacío han levantado un alojamiento más que acogedor, relajante, de esos en los que en dos días te sientes como en tu casa, algo que siempre se agradece cuando estás a tantos kilómetros de los tuyos.
Contacto con la comunidad
¿Y cómo lo han levantado? Pues como he dicho, con mucho amor. Desde un primer momento tenían claro que querían formar parte de la comunidad, del pueblo de Mar Lodj y, por ello, empezaron su proyecto pidiendo permiso a los habitantes del lugar y asegurándose que ese terreno no era uno de esos rincones sagrados para la población.
Además, optaron por usar solo materiales de construcción naturales y cercanos, así como contratar personal local. Cada rincón de la casa está pensado de la manera más sostenible posible, pero también cómoda y acogedora para el visitante.
Los espacios
Las habitaciones son amplias, con mucha luz natural y con unas camas super-cómodas. Hay opción de alojarse en habitaciones privadas y con baño propio y también la opción de compartir habitación y usar el baño común, que es la que elegí yo al viajar sola.
Los espacios comunes son un lugar de encuentro entre los diferentes huéspedes y también con la familia anfitriona, aunque asimismo permiten estar tumbado en una hamaca leyendo tranquilamente.
Es un alojamiento en el que puedes disfrutar de momentos de soledad cuando te apetece, así como compartir e intercambiar experiencias, conversaciones, momentos de juego… en el que cada uno decide cómo y en qué ocupar su tiempo. Yo, personalmente, aproveché todas las opciones que permite el lugar y cultive mi soledad en algunos momentos, así como en otros, intercambié experiencias muy interesantes e enriquecedoras y compartí momentos de juego con los más pequeños de la casa e incluso con algún vecino.
Un punto de encuentro
Y es que como su propio nombre indica, Nguel, en serere (lengua local) significa “punto de encuentro”. Nguel es aquel lugar en el que pasan muchas cosas: los mayores se reúnen para reflexionar, se hace el mercado, se toman decisiones… en definitiva, es el centro de los pueblos sereres.
Degustando la gastronomía senegalesa
¿Y qué decir de la comida? En coherencia con el proyecto, todo lo que se cocina es local. Mama Cisse, la cocinera, vecina del pueblo de Mar Lodj, es un amor. Y ese amor lo pone en cada plato que cocina. El arroz y el pescado son los alimentos base en la dieta de la isla. ¡Creo que nunca había comido tanto pescado en tan poco tiempo!, Pero me encanta, recién pescado y Mama lo combinaba con unas salsas buenísimas.
En el alojamiento, aunque en la isla es más difícil de encontrar, también alternan la dieta con pollo, carne, huevos, pasta… Aquí lo tenemos todo muy al alcance, pero hay que pensar que todo lo que llega a la isla desde fuera lo hace en una pirogue y después en carro de caballo hasta el alojamiento, aunque éste se encuentra solo a dos minutos del embarcadero.
Desde Nguel du Saloum colaboran con diferentes entidades de la isla, como por ejemplo, con la Asociación de mujeres Gie Sasang, donde preparan unas mermeladas caseras y unos siropes buenísimos, que se pueden degustar en los desayunos.
Para mí, una de las cosas que más me gustó, fue como la familia transmitía su día a día en la isla y compartirlo con ellos. Nada tiene que ver estar unos días de paso que construir y empezar una vida a allí y más con dos niños de 3 y 5 años. Sira y Quim son la alegría de la casa, y aunque no es proceso fácil, se nota que se están haciendo suyo Senegal. Vivir allí les está permitiendo crecer y aprender de un modo muy distinto al que lo hacían en Granollers, su ciudad natal.
Rodeados de naturaleza, tranquilidad, valores y una vida en comunidad, los niños pueden descubrir de primera mano la cultura de su padre y conocer otras formas de hacer y vivir.
¿Qué hacer en Nguel du Saloum?
Finalmente, destacar el entorno privilegiado del lugar. Mar Lodj es una isla del delta que forman los ríos Sine y Saloum y se encuentra dentro del gran Parque Nacional del Sine Saloum.
Desde Mar Lodj se pueden hacer excursiones a otras islas, perderse con la pirogue entre los laberintos de manglares, observar peces, aves y vegetación o andar y andar y encontrar lugares recónditos donde desconectar. Compartir con la gente del lugar, hablar sin hablar el mismo idioma y empaparse de costumbres, tradiciones y celebraciones. Me he encontrado con gente muy hospitalaria y a la que le gusta compartir y hablar (como a mí) y eso me ha hecho vivir momentos que llevaré siempre en mi corazón.
Solo puedo acabar diciendo que me fui de Mar Lodj pero una parte de mi corazón se quedó a allí para siempre.