Nos guste o no, Instagram es fuente de inspiración para preparar nuestras escapdas. En mi caso, tengo una carpeta llamada Catalunya, en la que voy guardando tanto las fotos que cuelgan las diferentes oficinas de turismo como las de usuarios, con especial interés en dos temas: iglesias románicas en la montaña y, como no, cascadas.
En este caso, fue esta foto la que me sedujo para buscar información sobre Sant Feliuet de Savassona, una ermita románica en lo alto de una peña, desde la cuál se tienen vistas brutales de toda la plana de Vic.
Ruta a Sant Feliu de Savassona
Se trata de una ruta circular fácil (unos 6 km) y con un perfil bastante llano, ideal para hacer en días calurosos y con peques. Se puede hacer desde el pueblo de Tavérnoles o acortar y aparcar un poco más cerca, haciendo únicamente los últimos metros. Aquí podéis ver el perfil de la ruta y descargar el track para vuestro GPS, aunque no tiene demasiada pérdida.
Longitud: 6km Dificultad: Baja Tiempo estimado: 1h 40 min (a poco que te pares para hacer fotos se alarga)
Aparcamos en Tavérnoles y antes de empezar, nos acercamos a la iglesia románica de Sant Esteve de Tavérnoles (s XI), una de las iglesias románicas mejor conservadas de Osona. Hay un caminito que pasa por detrás del absis y nos permite observar de cerca la torre del campanario, de planta cuadrada y que nos recuerda a las iglesias de la Vall de Boí.
Salimos del pueblo siguiendo las indicaciones de Sant Feliuet, marcadas en blanco y amarillo, por el arcén habilitado para pasear. El camino se desvía a la derecha antes de llegar a una urbanización y ya nos adentramos en el bosque. Llegamos a la valla de una explotación ganadera, la cuál debemos atravesar con respeto (¡atención, hay perros sueltos! Puede que ladren a vuestro paso, pero no os harán nada), tal y como indica el cartel. Es importante que cerremos los pasos que encontramos, para evitar que el ganado se descontrole.
El camino empieza a ascender por el bosque de encinas, pinos y robles, pero en todo momento hay piedras que nos dan buen agarre y sombra, algo imprescindible para las excursiones veraniegas (vayas con bebé o sin él). Aunque parezca lo contrario, sigue siendo asequible.
Pla de Savassona
Pocos metros después de la curva (aquí es dónde está el segundo aparcamiento), la pista se ensancha y se vuelve un camino llano que llega hasta el Pla de Savassona, un bonito y fresco pinar. Aparece en muchos libros de la Catalunya Màgica, y no es para menos: aquí encontramos las enormes piedras con grabados neolíticos, algunos con más de 7000 años de antigüedad. Dicen que entre las cuatro piedras hay más de 500 gravados. Es frecuente ver a escaladores haciendo boulder, obviamente no en las piedras protegidas.
Sant Feliuet de Savassona
Poco después de la Piedra del Sacrificio, el camino se desvía a la izquierda, subiendo al abrigo de una gran piedra por una escalera medieval.
Y como suele pasar, lo mejor está al llegar arriba, la pequeña iglesia prerománica de Sant Feliuet de Savassona, situada en lo alto del risco, y con una panorámica espectacular del espacio natural de las Guilleries. Cuidado con las rocas de detrás de la iglesia en épocas invernales, pues seguramente patinen.
Deshacemos camino por la escalera medieval hasta llegar de nuevo al Pla de Savassona. El camino sigue por detrás de la piedra de las Brujas, siguiendo las marcas de Pantà de Sau y posteriormente, Tavérnoles.
Salt del Todrall
Dado que para refrescarnos un poco tenemos que coger el coche, nos alejamos del pantano de Sau Susqueda y vamos hacia el Esquirol, concretamente hacia Sant Bartomeu de Sesgorgues. En esta pequeña iglesia aparcamos y bajamos por el frondoso sendero hacia el Salt del Todrall, que forma part de la riera de les gorgues, una preciosa excursión que hicimos el año pasado.
El salto de agua está a unos 25 minutos del parking, y hay que tener cuidado en el primer tramo porque la vegetación es muy espesa y nos podemos rascar. El sendero desciende en zigzag, y ya al inicio hay un cartel indicando que cruza la riera en algunos tramos, por lo que puede ser peligroso hacerlo tras épocas de lluvias.
Cuando llegamos a la pista principal, un pequeño cartel en forma de flecha nos indica el Salt del Todrall. Una vez abajo, y depende del volumen de agua, hay una pequeña zona con piedras dónde sentarse.
Portear a un bebé en la montaña
Desde antes de tener al pequeño R1 tuve claro, gracias a otras famílias, que no tenía por qué abandonar la montaña cuando él naciera, solo había que buscar el material correcto. Y no, no son las aparatosas mochilas de montaña para bebés, poco ergonómicas, pesadas y no aptas para bebés tan pequeños (bueno, en realidad tampoco lo son para niños más grandes, como podéis ver aquí)
En ciudad y las primeras salidas a la montaña habíamos ido con un fular elástico, sin embargo nos sedujo la propuesta de los canadienses Gustine: mochila ergonómica y evolutiva Breathe, con tejido altamente transpirable y, lo más importante, mojable. Aquí en España la distribuye Porteo Feliz, una empresa de una mujer emprendedora que os ofrecerá envío gratuito y una pequeña asesoría para colocarla si váis de nuestra parte.
¿Qué significa mochila evolutiva?
Obviamente, los bebés crecen, y con ellos debería hacerlo la mochila. En este caso, se puede utilizar desde las 8 a las 45 libras, que en cristiano-sistema europeo son desde los 3.6kg (prácticamente un recién nacido bastante hecho) hasta los 20kg, aunque esto son recomendaciones generales, puesto que al final también influye la altura de la criatura.
Gracias a los ajustes de los tirantes y del panel (tela que recubre el cuerpo del bebé), se puede hacer muy pequeña y así adaptarse a los más pequeños, manteniendo la posición en C de su espalda. A veces pensamos que las mochilas son más fáciles de usar que los fulares, pero el que lleve cierres no significa que no haya que dedicarle unos minutos a bascular correctamente la pelvis del bebé para dejarlo correctamente, evitando que el peque vaya colgando.
¡Al agua!
Mochilas evolutivas hay muchas, y es complicado elegir o determinar cuál es la mejor mochila de porteo, puesto que todas tienen sus pros y contras. La principal baza del modelo Breathe es que su tejido agujereado permite mojarla y se seca rápido, además de permitir el paso del aire, lo que la hace ideal para días de mucho calor, cuando el fular nos deja a todos mojados de sudor.
Queremos remarcar que no se debe submergir completamente ni mucho menos nadar con ella, porque puede ser peligroso y el bebé se puede ahogar si está totalmente submergido.
Entonces, ¿de qué sirve que se pueda mojar? Bueno, nos permite entrar al río con la seguridad de que el peque no se va a escapar de nuestros brazos. Aunque vayamos calzados, es fácil patinar con una piedra o encontrar una zona dónde cubra algo más sin que lo esperemos, y al ir dentro de la mochila nos evitamos sustos si decide moverse en el momento menos oportuno.
Primeras sensaciones con la mochila Breathe de Gustine
Durante ambas rutas hemos llevado a R1 en la mochila, y él ha ido dormido todo el camino. En lo alto de Sant Feliuet le hemos sacado para dar pecho, y no estaba nada mojado (¡al contrario de lo que nos sucede en ciudad cuando vamos con el fular!). Estamos en proceso de hacernos con los ajustes, por lo que hemos tardado un poco más (¡más vale lento pero seguro!) y nos ha encantado podernos meter en el agua con él, aunque de momento solo la ha tocado con las puntas de los dedos de los pies.
Fantàstica excursió i com sempre molt bé explicada. Veure les cametes de R1, constata que ell també serà un infectat del virus viatger. Moltes gràcies.