Que servidores somos fans del mochileo no es nada nuevo, pero a veces (y cómo todo mortal), sucumbimos ante ciertos placeres y nos damos pequeños lujos. En noviembre del año pasado ganamos el concurso de instagram #Instaparcsnaturals, organizado por Costa Brava Turisme, y el premio era una noche en la casa rural de Can Batlle, que decidimos aprovechar ahora en otoño, ya que la zona de la Garrotxa se tiñe de colores ocre y rojizos en esta época del año.
La Garrotxa
Esta comarca de Catalunya es conocida por sus volcanes y por sus pueblos románicos. Tiene un atractivo especial en otoño, cuando sus bosques se tornan marrones, siendo especialmente famosa la Fageda d’en Jordà, un impresionante bosque de hayedos totalmente accesible que el símbolo del otoño.
La cantidad de rutas que hay para recorrer (y la ausencia de peajes para llegar, que la pela es la pela 😁) la convierte en una de nuestras zonas favoritas de Catalunya, dónde siempre tenemos cosas nuevas a visitar.
Por poner un ejemplo de sitios para ver:
- Pueblo de Beget, uno de los más bonitos de la zona
- Sadernes y Sant Antoni
- Pueblo medieval de Santa Pau
Mas Can Batlle
Precisamente muy cerca de Santa Pau se encuentra la casa rural con encanto Mas Can Batlle, la primera de Catalunya en recibir la clasificación de 5 espigas que otorga la Asociación Española de Turismo Rural. ¡Y la verdad es que no es para menos! Nada más desviarte de la carretera principal, la pista se aleja para acabar en una imponente casa solariega con más de 1000 años de historia, que Albert y Cristina se han encargado de restaurar a mano, poniendo todo su cariño en este proyecto para cumplir su sueño.
Un cariño que se nota nada más entrar en la recepción, dónde Albert nos hizo el recorrido enseñándonos cada rincón de la casa, incluso las suites que no estaban ocupadas. Enseguida vemos que se trata de una casa cuqui, con todo tipo de detalles que harían las delicias de todo hipster vintage que se precie, y que tiene un toque muy mediterráneamente, que precisamente la convierte en un lugar especial para todo tipo de celebraciones, como en este vídeo de Presume de Boda , dónde cuentan una boda de tres días.
Las Suites
Pese al tamaño de la casa, ésta cuent sólo con 5 suites, que han decorado con algunos elementos encontrados en la propia casa. Cada suite tiene unas características propias, por lo que podrías repetir estancia y descubrir cosas diferentes.
Nosotros nos alojamos en la 74, una de las dos que tiene chimenea (¡y te dejan leña por si quisieras encenderla!). Tiene un pequeño balcón hacia la montaña, ideal para ver salir el sol.
La suite más bonita es la 134, con una gran terraza con sofás y una bañera con vistas directas a la montaña. Al ser la más grande, tiene cuesta 30€ más que el resto. Si podéis escoger, os recomendamos la 70, pues vale lo mismo que la 74 y tiene una terraza para relajarte mirando al monte, que evidentemente aproveché para hacer algo de nocturnas (pese a la superluna, que iluminaba todo el cielo)
El desayuno
El precio de la noche incluye un desayuno que en la web ponen como «de bufet». ¡Para nada nos esperábamos encontrarnos una mesa tan llena de productos locales y de km0!
¡Se vé que los croissants son famosos! Una que es quesera a morir disfrutó de lo lindo. Además de los embutidos con la etiqueta de la granja dónde se producen, habia una repisa con todo tipo de cereales y mermeladas, junto con los yogures de la cooperativa La Fageda, todo un ejemplo de integración laboral, pues apuestan por dar una oportunidad a las personas con discapacidad psíquica.
Un café, un té y un zumo de naranja. Y un estómago bon-vivant que nos hacía levantar a por un poquito más cuando se nos quedaba el plato vacío.
El entorno
Pero el sol brillaba con fuerza fuera y el caloret invitaba a salir al terreno de la casa, un gran patio con césped y las montañas delante. Podrías pasarte horas y horas sentado en las sillas del porche, mientras las nubes corren sobre tu cabeza.
Y si te cansas de tanta tranquilidad, puedes hacer una excursión hasta la cascada que hay al inicio de la finca. Nótese el uso de cursiva: la cascada está a sólo 5 minutos de la casa por lo que no hace falta que desempolvéis las chirucas para acercaros a verla. Dígamos que yo soy un poco adicta a las cascadas, por lo que evidentemente me di la gran caminata.
Aunque se escapa un poco del presupuesto mochilero, es un lugar ideal para escaparse ya sea en buena compañía o para celebrar alguna situación especial 😉
Holaaaa! Muchas gracias por tus comentarios Sara! y aun estamos flipando con las fotos. Has sabido ver cosas que poca gente sabe apreciar!
Ha sido un placer teneros aquí y os esperamos siempre que queráis ;))))
Me gusto este aporte. Te felicito. Continuare leyendo tu Blog, Gracias.
Gracias a ti Jonas!
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