Cuándo éramos pequeños, la noche del 31 de octubre celebrábamos la castanyada, una fiesta tradicional consistente en hacer castañas en casa y comer panellets, unos dulces elaborados con harina de almendra, patata o boniato y azúcar (en su versión más básica), que habíamos hecho ese mismo día en el cole o bien en casa.
De unos años aquí, con la invasión de series de EEUU, parece que Halloween ha barrido a la pobre castanyera (una ancianita entrañable con su pañuelo en la cabeza) y se ha hecho un hueco en nuestro calendario de fiestas. Tanto que ahora es común hablar de truco o trato o encontrar todo tipo de disfraces y decoración en las tiendas. Porque seamos sinceros, es mucho más divertido disfrazarse de zombie o bruja que de anciana que vende castañas.
Montseny, tierra de leyendas
Durante nuestra visita al Montseny, nos hablaron del evento que se celebra cada año en el pueblo de Viladrau, justo la noche del 31 de octubre. Por su situación montañosa, siempre ha sido cuna de muchas leyendas, que giran tanto en torno a seres mitológicos como las mujeres de agua como a bandoleros, como el famoso Serrallonga, y en recordar esas leyendas se centra el Espai Montseny.
Viladrau tuvo el dudoso honor de ser la localidad de Catalunya donde más brujas se ahorcaron, 14 en sólo 2 años. Cuenta la leyenda que una noche de noviembre de 1617 (¡hace 400 años!) las brujas se reunieron en los bosques de Sant Segimon. Unos días después una gran granizada destruyó las cosechas, lo que propició una cacería de brujas, a las que se culpó de aquel desastre.
Siempre habrá dudas sobre si el aquelarre llegó realmente a producirse, pero los interrogatorios bajo torturas y la matanza de mujeres están bien documentados (se conocen los 14 nombres), así como la cadena de inclemencias meteorológicas que tuvieron lugar aquellos años. Todas esas mujeres fueron acusadas de ser culpables de todo (por el echo de ser conocedoras de remedios naturales) y de haber pactado con el diablo, motivo por el cuál fueron ajusticiadas en el centro del pueblo.
Ball de Bruixes de Viladrau
Para que tan horrible acto no caiga en el olvido, la noche del 31 de octubre el pueblo de Viladrau se vuelca en la celebración del Ball de Bruixes, una escenificación de los hechos sucedidos con música, luces y fuego. Los habitantes se maquillan y disfrazan, y la propia alcaldesa es la narradora de toda la historia, que empieza contando a los niños sentados en torno a un caldero.
Suenan los tambores y las brujas entran en escena, bailando e interactuando con el público presente, sentado en las gradas habilitadas para ello. El espectáculo cautiva tanto (y las brujas están tan metidas en su papel) que somos incapaces de mirar el reloj en los aproximadamente 45 minutos que dura toda la puesta en escena. El juego de luces, fuego y humo ayuda a conseguir un aspecto todavía más tétrico.
¿Y qué final aguarda a las brujas? Os invitamos a ir el año que viene para descubrirlo
Una cena de miedo
Los habitantes de Viladrau no son los únicos que se movilizan para el Ball de Bruixes. Estamos en otoño y Viladrau es tierra de castañas de calidad, por lo que muchos restaurantes adaptan su menú para incluir este ingrediente en sus platos. Ya que las sesiones del Ball son por la noche, es recomendable escoger un restaurante y cenar tranquilamente en el pueblo, ya sea antes o después del espectáculo.
Hay restaurantes como el Àgora que la noche del 31 ofrecen las tapas embrujadas, que son versiones mini de sus platos más conocidos, a las que les han dado un nombre peculiar, como el nido de arañas (ensalada con queso de castaña) o los dedos del juez, el fiscal y el verdugo, una cazuela de butifarras.
Nosotros escogimos el menú embrujado, la apuesta del restaurante por la cocina de próximidad con nombres de miedo y con la castaña como gran protagonista. Este menú lo mantienen hasta diciembre, por lo que es la excusa perfecta para realizar una excursión a Viladrau. ¿A quién le apetecen unos huevos de sapo cuajados? Tranquilos, si miráis el menú veréis que es mucho más apetecible de lo que suena.
Info práctica
¿Cuándo?
Se celebra desde 1997, la noche del 31 de octubre (víspera del día de Todos los Santos), dentro de los actos de la Fira de la Castanya, un evento que pretende dar a conocer este ingrediente tan típico del Montseny en un entorno plenamente otoñal.
¿Cómo llegar?
Viladrau es una de las puertas de entrada al Parque Natural del Montseny, situado a tan solo 75km de Barcelona y 55km de Girona, lo que hace que llegar sea muy fácil tanto por la C17 como por el Eix Transversal C-25. La policia local habilita un espacio para aparcar.
Horarios
Inicialmente se hacía un solo pase, pero el boca-oreja ha hecho que se popularice este evento y Viladrau se llene de gente para verlo, por lo que hay dos pases, uno a las 21h y otro a las 22.30h Nosotros fuimos al segundo para poder cenar tranquilamente y disfrutar del ambiente festivo del pueblo.
¿Dónde dormir?
Dado que el día siguiente es festivo, es muy recomendable quedarse a dormir en Viladrau para realizar al día siguiente alguna excursión por la zona y envolvernos de los tonos ocres del otoño.
Y si váis en furgo, recordad que Viladrau forma parte del Territorio Camper, la apuesta de la comarca de Osona por el turismo de cuatro ruedas. En el área que hay a la entrada del pueblo tenéis agua y electricidad.
¿Cuánto cuesta?
Es necesario comprar entrada para acceder a cada sesión. La chapa de acceso tiene un precio de 2€ (los menores de 5 años no pagan) y se puede comprar tanto en el Espai Montseny, en el Ayuntamiento o bien en la parada específica que el Ball de Bruixes tiene durante la Fira de la Castanya, el fin de semana anterior.
[ct_focus background=»#60fdaa» color=»light» style=»normal» ] Queremos agradecer a Osona Turisme y al Ayuntamiento de Viladrau su invitación para disfrutar de este evento, aunque no han influenciado en la redacción de este artículo. Todas las opiniones expresadas aquí son libres y basadas en la experiencia vivida.[/ct_focus]