El escape room más peculiar de la província de Barcelona

 Escape Room. Hace un par de años, apenas sabíamos qué significaba esto, y ahora mismo ya hay más escape room en Barcelona que en toda Francia. Es la actividad de moda, y cualquier grupo de amigos que se precie ha hecho (por lo menos uno). Hoy os vamos a hablar sobre el escape room más peculiar de la província de Barcelona, situado en Mataró, la capital del Maresme, a unos 20 minutos en coche de Barcelona.

¿Qué es un escape room?

Vale, pongamos que esta moda aún ho ha llamado a tu puerta y ninguno de tus amigos te ha obligado a ir a ninguno. Es normal que te suene a chino. Según la Wikipedia, un escape room es

un juego de aventura físico y mental que consiste en encerrar a un grupo de jugadores en una habitación donde deberán solucionar enigmas y rompecabezas de todo tipo para ir desenlazando una historia y conseguir escapar antes de que finalice el tiempo disponible (normalmente, 60 minutos). Cada juego puede estar ambientado en un mundo completamente diferente, naves espaciales, búnkeres militares, casas encantadas, la guarida de un asesino en serie, el despacho del director de un colegio y un sinfín de temas.

Es decir, lo que toda la vida ha sido un juego de enigmas, con el aliciente de tener que encontrar la solución antes de que finalice el tiempo para poder salir de la habitación en la que hemos sido voluntariamente encerrados. Se trata de un juego de grupo, en el que cada uno de los miembros aporta (o eso intenta) su granito de arena para la resolución de los diferentes enigmas o juegos que nos permiten ir avanzando hasta la salida. Todos los elementos están interrelacionados entre ellos y son comunes las combinaciones númericas, los candados, las pistas falsas y las correlaciones de letras o cálculo mental.

Orígen de los escape rooms

Hay quien sitúa su orígen en los juegos tradicionales japoneses, pero otros en Hungría, aunque lo cierto es que su popularidad se ha extendido como la espuma y estos negocios han proliferado como setas en las grandes ciudades. Como modelo económico tienen un gran handicap, y es que su cliente nunca va a volver, pues una vez ha descifrado todas las pistas, el juego no varía en la siguiente visita. Por eso cada vez se cuidan más los detalles, en busca de ofrecer una experiencia única al jugador y que utilice la técnica más antigua de marketing, el boca a boca, para hacer llegar a nuevos clientes con la necesidad de exprimir sus cerebros para dar con todas las claves.

Nuestra experiencia en escape rooms en Barcelona

En 2014 La Barcelona que me gusta me llevó a uno por primera vez a uno y nos costó lo nuestro salir. Nosotros que hemos hecho más de 5, tenemos que reconocer que engancha, y que cuántos más haces, más rápido ves la relación entre los diferentes elementos o más fácil te resulta encontrar todas las piezas y mirar allí dónde el resto no ve nada. ¡Todo es cuestión de práctica! Desde entonces, hemos hecho unos 5 con diferentes grupos de amigos. Y a mí me generan un sentimiento opuesto, ¡me gusta desafiar al reloj pero me estresa cuando me bloqueo al no ser capaz de encontrar la relación entre pistas!

Dada la rápida expansión, hay escape rooms de todas las temáticas: Harry Potter, Saw, Indiana Jones… ¡Pero todavía no habíamos visto uno en un espacio cultural en el que normalmente no se pueden tocar las cosas!

El escape room de la casa Coll i Regàs de Mataró

El modernismo catalán

Pensar que el modernismo catalán se reduce a Barcelona y a Gaudí sería todo un error. Fue un movimiento artístico de gran esplendor que se extendió rápidamente gracias a que la burguesía quería mostrar su estatus y el talento de muchos arquitectos. Por ese motivo encontramos grandes obras en muchas ciudades y pueblos catalanes, como en Lloret de Mar, aunque por desgracia muchas de ellas quedan siempre en un discreto segundo plano tras la magnificiencia de Antoni Gaudí.

Quizás por su proximidad con la capital, en la vecina comarca del Maresme encontramos muchos edificios repartidos por los pueblos que la forman, firmados en muchos casos por los mismos autores de las más famosas obras de Barcelona, como Antoni Gaudí o Puig i Cadafalch, arquitecto de la famosa Casa Amatller.

Historia de la casa Coll i Regàs de Mataró

El empresario catalán téxtil Joaquim Coll i Regàs compró en 1896 las dos casas de la calle Argentona para derribar los edificios existentes y construir una casa familiar nueva que mostrara su estatus. El resultado fue un edificio de cuatro plantas, sótano, planta baja, primer piso y buhardilla, pese a que en los planos que se entregaron al ayuntamiento para pedir la licencia de obra no figuran ni la planta sótano, ni la planta de las buhardillas. Por la originalidad de su fachada, pronto se convirtió en uno de los símbolos de Mataró, pese a estar situada en una callecita estrecha.

Tipos de visitas a la casa Coll i Regàs

Dado el interés arquitectónico y cultural de este edificio tan singular, han creado diferentes tipos de visitas guiadas para dar a conocer el patrimonio y adaptarlo así a todos los públicos. Para todas ellas es necesario realizar reserva a través de la web.

• «La casa Coll i Regàs, como muestra de las artes modernistas«. Se realiza los martes, jueves, viernes y algún domingo, tiene un coste de 6€ y permite acercarse a las artes aplicadas a la arquitectura de la Casa Coll i Regàs: vidrieria, piedra, carpintería, forja, esgrafiados, cerámica y mosaicos hidráulicos, todos ellos elementos clásicos de la arquitectura modernista.
• «La casa Coll i Regàs como muestra de una época«. Se realiza los sábados y se trata de una visita guiada centrada en un contexto histórico marcado por la Revolución industrial, la transformación urbanística en Mataró y el protagonismo de la burguesía. Al igual que la anterior, tiene un coste de 6€.
• Materialitz’art, un taller para hacer en familia en el que descubrir el modernismo e imaginar el futuro de Mataró a partir de la creación de un trabajo colectivo donde utilizaremos lápiz 3D, entre otros materiales y técnicas.
• El misterio de la Casa Coll i Regàs. Este peculiar escape room se realiza el primer domingo de cada mes, tiene un coste de 100€ y el máximo son 8 personas, por lo que si somos el grupo completo sale a 12,5€ por persona, un poco por debajo de la media de los escape rooms.

Escape Room: una nueva forma de visitar

¿Pero este artículo no hablaba de escape rooms? Sí. Aunque se trate de un edificio histórico y patrimonial, desde el equipo de gestión han pensado una forma para hacer una visita mucho más amena, más allá de la típica explicación soporifera de museo. Y aquí es dónde entra la gamificación, es decir, aprender jugando. Han conseguido convertir la visita guiada a un edificio histórico en un juego de equipo, en el que hay que prestar atención al más pequeño detalle y observar con curiosidad todos los rincones de la casa, pues en cualquier sitio puede estar la pista que nos ayude a solventar el enigma.

Mecánica del escape room

Antes de que empiece El Misterio de la Casa Coll i Regàs, recibimos una pequeña explicación convencional por parte del guía: elementos de la fachada y qué significan, historia de la casa y de su construcción… lo normal en las visitas a edificios modernistas, en las que por lo menos yo no puedo dejar de maravillarme. Como siempre, las explicaciones del guía permiten apreciar detalles que el ojo humano pasa por alto, como los diferentes animales que adornan las ventanas, todos ellos con un elemento relacionado con el téxtil, la indústria más importante de Mataró a comienzos del siglo XX y que hizo que la ciudad creciera.

Una vez entramos y superamos el impacto del interior, somos conducidos a una sala dónde una proyección de Puig i Cadafalch, el arquitecto de la casa, nos cuenta el objetivo de nuestra visita: encontrar el tesoro que él ha escondido en esta casa para mantenerlo a salvo. A partir de ahi, tenemos 60 minutos para cooperar con los compañeros y lograr así, entre todos, el codiciado objeto. La historia del tesoro es una mezcla de elementos verídicos de la historia de la casa junto con otros de ficción, para crear un hilo narrativo muy interesante.

Una de las curiosidades de este escape room (aunque con toques de búsqueda del tesoro) es la ausencia de salas. A diferencia de otros espacios, aquí no hay que avanzar entre salas, sino que todo el juego se desarrolla en un mismo espacio, de forma que las pistas no sirven para abrir puertas pero sí candados. Eso hace desaparecer la sensación de encierro de muchos escape rooms y también la presión, aunque no por ello es más senzillo. Quizás por ese motivo se habla más de un treasure hunt o búsqueda del tesoro que de un escape room propiamente dicho.

Cabe destacar el trabajo de preparación que se ha hecho desde la casa, pues las pistas están muy bien mimetizadas con el entorno de la casa y es necesario recorrer todas las estancias para encontrarlas, pues todas ellas están interralacionadas y es imprescindible resolverlas para hacernos con el tesoro. Además, se ha aprovechado toda la simbología natural de la casa (una de las características del modernismo) y detalles arquitectónicos para crear las pistas, lo que hace que nos fijemos bien en todos los detalles.

Sin ser una experta de los Escape Rooms, me ha parecido muy original, entretenido y complicado, sobretodo porque al no poder instalar cámaras o hacer agujeros de control, las pistas son más rebuscadas. El mismo guía de la casa se queda en la estancia con nosotros, controlando el tiempo y sin decir nada, excepto que se lo pidamos de forma unánime mediante una palabra clave.

¿Crees que conseguimos descifrar el misterio que esconde la casa? Y tú, ¿lo conseguirás?