Lo admitimos, tenemos dependencia de datos. En nuestro día a día estamos siempre conectados o mandarnos un whatsapp es algo tan normal como coger las llaves de casa. Que levante la mano quién tenga miedo de dejarse el teléfono en casa. Poca broma, que el tema es más serio de lo que parece, hay una patología llamada Nomofobía que recoge estos síntomas.
Dependencia de internet
Estamos tan acostumbrados a consultar cosas en el teléfono al instante que el hecho de viajar nos limita en este sentido, pues las tarifas de datos y roaming en el extranjero son extremadamente elevadas en la mayoría de casos (con excepción de Vodafone, que algo bueno tenía que tener y es que mantiene tu tarifa cuando viajas a Europa y Estados Unidos), lo que nos obliga a mendigar wifi a las puertas de cualquier cafetería hipster, local de comida rápida o al llegar al hotel.
Así somos casi todos cuando encontramos wifi gratis…¡Y lo sabes!
Eso crea una fotografía a la que por desgracia estamos demasiado acostumbrados: una pareja que no se mira ni habla mientras están comiendo, pues están actualizando sus redes, recibiendo mails, o simplemente pasando el rato. Y eso alarga el rato que estamos en ese lugar en vez de estar pateando la ciudad, porque no sabemos cuándo volveremos a estar conectados. ¿Te suena verdad?
Internet de viaje
Mola decir que «viajamos para desconectar«, ¿a quién queremos engañar? ¡Si nos desconectan es como si nos cortaran un brazo! Tanto por ocio como por practicidad, decidimos hace tiempo que lo mejor era huir de los free wifi y llevar conexión siempre encima.
Beneficios de llevar internet encima
No sólo de redes sociales vive el viajero. En nuestro caso, llevar internet encima nos ha ayudado a:
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- Reservar un hotel mediante la app de Booking mientras estábamos perdidos por las carreteras de Bali
- Encontrar un restaurante en la zona dónde estamos
- Descargarnos una audio guía del Taj Mahal antes de pasar por la puerta
- Tener información contextual en el momento y alternativas
- Consultar el precio de las entradas antes de ir al sitio
- Bajarnos aplicaciones de guía en algunos museos
- Y por supuesto, posturear a tiempo real pensando en todos los que están en la oficina en ese momento, algo que a este colectivo (y a cualquiera con redes sociales) se nos da muy bien
😝😝😝
Pero volvamos al tema, el de llevar internet encima durante un viaje
Tarjetas SIM
La mejor solución hasta ahora cuando viajábamos a Asia había sido comprar una tarjeta SIM del país y ponerla en uno de los teléfonos libres, con buen resultado. El proceso siempre ha sido el mismo:
- Mirar por internet qué opciones de prepago hay e intentar comprar la que ofrezca mejor relación calidad-precio
- Informarnos de los trámites para obtenerla
- Llegar al país de destino y comprarla.
Estos pasos pueden parecer una tontería, pero por ejemplo en Nepal tienes que rellenar una instancia y presentar el pasaporte ¡Ni que fueras a pedir residencia! En Bali habíamos leído que había varias opciones, que diferían de precio y que sobretodo no había que comprarla en el aeropuerto. Al llegar lo comprobamos: antes de salir de la terminal había stands de las diferentes compañías, en las que te ofrecían 4gb al módico precio de 400000IDR (unos 27€). ¡Al día siguiente fuimos en busca de una por las calles de Kuta y los 4gb nos salieron por 95000IDR (6€)!
Normalmente esta opción es la más económica, pues por 5-10$ (en el sureste asiático) tienes el equivalente en crédito de llamadas y una cantidad de datos de 1-2GB, que en la mayoría de casos suele ser más que suficiente para un viaje de 15 días. Al ponerla en uno de los teléfonos, éste tiene que actuar como hotspot para darle internet al resto, por lo que se come la batería que da gusto.
MiFi portátil
Sí, lo he escrito bien. Los MiFis son routers portátiles pequeñitos que actúan como hotspot, es decir, es como si estuvieras permanentemente conectado al router del salón de tu casa. En nuestros viajes llevamos una mochila sólo de cacharritos: móviles, tablets, powerbanks, cámaras, go-pros, trípodes… por lo que es un trasto más a llevar encima, pero compensa.
Las ventajas de llevar un hotspot de Wi-FI es que no dependes de ningún enchufe ni cafetería, además de poder conectar varios dispositivos a la vez. ¡La verdad es que es una idea fantástica!
Japan Wireless
Después de leer este completo artículo sobre las tarjetas SIM en Japón de Un Gato Nipón, pensamos que igual comprar una SIM en Japón no era tan fácil ni tan efectivo como estábamos acostumbrados. Por este motivo nos decidimos a probar un hotspot, que parece ser más útil en Japón. Queremos agradecer a Japan Wireless que nos prestaran su dispositivo durante este viaje, para así poder saber cómo funciona el dispositivo y poderos contar sus ventajas.
¿Cómo pedirlo?
Haces el pedido en la web y desde Japan Wireless te envían el dispositivo a cualquier hotel o directamente al aeropuerto (coste de 500yenes), por lo que sólo tienes que preocuparte de hacer el pedido con un mínimo de 3 días de antelación para que puedan gestionarlo y realizar el envío. Nosotros pedimos que nos llegara directamente a la oficina de correos del aeropuerto de Narita, para así poderlo usar nada más llegar.
¿Qué te envían?
Dentro del paquete va una bolsa, en la que hay:
- Router Softbank 501 HW
- Cargador USB 1A (carga muy lentamente pero ya es suficiente para dejarlo toda la noche cargando), enchufe japonés
- Powerbank o batería externa, así no tenemos que ir tirando de las nuestras ni preocuparnos por quedarnos sin batería. Hay que decir que a nosotros llevarla nos fué muy bien, pues le dimos tanta tralla al cacharrito que a media tarde ya estaba muerto y aún teníamos que orientarnos para volver al alojamiento.
- Cable micro USB
Éste es el unboxing que hicimos en el aeropuerto de Narita.
Una vez se acabe tu viaje, tendrás que entregarlo en la recepción del hotel o cualquier oficina de correos, dentro del sobre pre-franqueado que te entregan al recogerlo.
El dispositivo
En Japan Wireless ponen a nuestra disposición varios dispositivos con uso de datos ilimitado (esto es importante, porque algunas SIM tienen un limite de 2-4GB, y como tires mucho de Youtube o subas muchas fotos a Facebook, ¡te los vas a pulir en menos que canta un gallo!), aunque nosotros probamos el premium wifi, con una velocidad máxima de 187 Mbps.
Poner en funcionamiento el router es más fácil que aprender a decir buenos días en japonés. Como habéis visto en el vídeo, se aprieta el botón y en 10 segundos está encendido y conectado a la red, ¡incluso en los lugares más remotos!
Rendimiento
Como buen tecnofriki, el Residente se dedicó a trastear el router al máximo, con la excusa de documentar su rendimiento.
- Velocidad en el Shinkansen: así es como se llaman los Tren Bala de Japón, unos trenes que llegan a alcanzar los 320km de velocidad. A continuación podéis ver la comparativa entre la velocidad que teníamos en un elemento en movimiento y lo que recibimos estando en casa, conectados a la fibra óptica de nuestra consulta en pleno centro de Barcelona. Sorprendente para ser un dispositivo portátil.
- Test de latencia de la red. Esto ya es nivel avanzado, para ver qué velocidad de respuesta tiene el sistema.
La latencia es como el eco, cuánto más grande sea el número, más costará devolvernos la información. Por eso cuando hacemos un skype, a veces tenemos que esperar un rato a que la información llegue a la otra persona y nos conteste. Gracias a esta latencia tan pequeña, pude realizar una llamada VoIP por whatsapp sin problemas ni delays ¡a una amiga de Jamaica! (14horas de diferencia, 12721 km de distancia y cuatro continentes y un océano por enmedio) como si llamara a Japón. Vale, ahora piensas «¿Y a mí qué? Bueno, es para ejemplificar que podrías llamar a casa para tranquilizar a tu madre cuando andes por «esos mundos de díos» y decirle que te has puesto la rebequita.
¿Qué podemos hacer?
Al grano, por qué tener Wi-Fi encima nos ha ido genial. Llevar el hotspot siempre encima nos fue muy útil en Japón, un país dónde si bien hay wifi gratuito en muchos sitios (metro, algunos barrios…), hay la barrera idiomática y grandes distancias por recorrer en una ciudad.
Al ir conectados todo el día, aprovechábamos los ratos muertos en el tren o metro, sin llegar al absentismo descrito un poco más arriba. Pero principalmente los usos que le hemos dado han sido:
- Usar Google Maps TODO el día. Al llevar conexión, no importa en qué sitio de la ciudad te encuentres, que podíamos buscar la combinación de transporte público para llegar a cualquier lugar. Esto es extremadamente útil en ciudades como Kyoto o Tokyo, dónde las distancias son enormes y utilizar correctamente los autobuses o el metro nos permitió recorrer gran parte de la ciudad sin perdernos. Además, obviamente, de facilitarnos encontrar nuestro alojamiento.
- Buscar los horarios (y precio) de los templos, ya que la mayoría de ellos cierran pronto.
- Leer in situ la explicación de los templos de Nikko que se curraron los chicos de Mochileando Por El Mundo
- Utilizar el traductor de Google para descifrar qué estábamos comprando en los combini, al estar las etiquetas sólo en japonés (obviamente)
- Utilizar youtube en una zona montañosa como mp3 del coche
- Realizar reservas de vuelos y el check-in online para volver a casa
- Montarnos la oficina en el tren
- ¡Estar más juntos que nunca! Así es, porque si uno se distanciaba demasiado, se quedaba sin cobertura. ¡Quién tiene el hotspot tiene el poder!
Esperamos que esta entrada os haya aclarado las dudas sobre qué es un mifi y por qué conviene llevar uno encima en Japón, si se quiere tener conexión. Podéis pedir más información en la web de Japan Wireless, que son muy majos y responden rápido. Y si queréis alquilar uno, podéis pedirlo en el banner.
Hola
Voy solo a Japón por 14 días
Que me recomendáis, pocket wifi o tarjeta SIM?
Que precio tiene cada uno de ellos?
Muchas gracias