Cracovia es una de esas ciudades de la que te enamoras a primera vista, aunque no sea la capital del país. Es pequeña, coqueta, amurallada y con un centro histórico catalogado como patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Es la escapada perfecta para un fin de semana para hacer visitas culturales y comer en cantidad y a buen precio y desde ella se puede visitar el campo de concentración de Auschwitz, hacer un tour comunista en un coche de la época o visitar la mina de sal de Wieliczka, también patrimonio de la UNESCO desde 1978, la primera publicación del listado.
Visita a la mina de sal de Wieliczka en Cracovia
Después de que la visita al campo alemán de Sachsenhausen nos dejara con muy mal cuerpo, y en vistas que la previsión del tiempo era bastante mala para todo el fin de semana, después de haber planeado a consciencia qué ver en Cracovia, en lugar de pasar la tarde cogiendo kilos a base de los deliciosos pierogi, decidimos ir a la mina de Sal de Wieliczka, situada a menos de 20km de la ciudad, convirtiéndose así en el plan perfecto para una tarde de lluvia, pues además la visita dura unas 3 horas aproximadamente.
Hacia el centro de la tierra
A la entrada de la mina se forman los grupos, basados en la hora y el idioma de la visita. Ésta es la única forma de entrar en las minas, siempre con guía. Nuestra guía nos reparte la petaca con los auriculares para que podamos seguir sus explicaciones. De las visitas disponibles, hemos escogido seguir la tourist route, que es la que te permite llegar a la catedral, posiblemente la fotografía más famosa de todas las que hayas podido ver de la mina de sal de Wieliczka.
Una vez hechas las presentaciones empezamos a bajar los 378 escalones por una escalera de madera, hacia el primer nivel de la visita. Vas contando rellanos hasta que pierdes la cuenta cuando pasas de las 80 plantas, llegando a 120m bajo tierra en una de las mayores minas de sal del mundo.
Las estatuas de la mina de sal
Una vez recuperados del mareo de las escaleras, el guía empieza su explicación mientras pasamos por delante de algunas recreaciones de los mineros y la estatua del rey Casimiro el Grande, quien reguló el comercio de la sal.
Sé lo que estáis pensando al ver estas imágenes, sobretodo las de las estatuas esculpidas directamente en sal. Sí, todo es sal, incluso el suelo. No, ¡no se pueden chupar las paredes, las estatuas o el suelo para comprobarlo!
Los polacos son, aún hoy en día, un pueblo muy católico. Como gran muestra de cuán profundamente está arraigada la fe en el pueblo polaco, la mina también está llena de varias capillas talladas completamente en sal de roca, para proporcionar a los mineros una manera de practicar su fe mientras están bajo tierra.
Como los mineros trabajaban típicamente en circunstancias peligrosas en la oscuridad, lejos de sus familias, creaban las capillas como lugares donde podían orar y celebrar la misa antes de enfrentar los desafíos del trabajo.
La catedral subterranea de la mina de Wieliczka
Es la foto que todos hemos visto (y que seguramente haya hecho que quieras venir). Cuando llegamos a la sala, “Wow! Wonderful! Amazing!” es el comentario más oido. Desde el balcón superior se ve una vista general de la capilla de Santa Kinga, también llamada la capilla sixtina de las minas de sal, hecha totalmente en sal, aunque parezca que sea mármol o granito. Lo primero que nos llama la atención son los candelabros, hechos con cristales de sal.
Estamos ante la capilla subterranea más grande del mundo, con 54 metros de largo, 17 de ancho y 11 de alto. ¿Cómo te quedas si te decimos que la hicieron entre solo 3 mineros?
En el momento de nuestra visita estaban preparando la sala para un concierto (si os preguntáis cómo bajan los instrumentos, hay un ascensor directo a la superficie para casos como éste o bodas), por lo que no tuvimos demasiado tiempo para admirar las obras de arte que decoran las paredes laterales, como un retablo de la Santa Cena cavado directamente en la pared de sal.
¿No os falta algo «imprescindible» en cualquier capilla? Correcto, aquí no hay ninguna imagen de Jesucristo, sinó que los honores se los lleva St. Kinga.
¿Y por qué se los llevó St.Kinga?
Como en todo lugar histórico, existe una leyenda. Según ésta, la princesa Kings estaba a punto de casarse con el Príncipe de Cracovia, Boleslaw V. Como parte de su dote, le pidió a su padre, el rey Bela, que le diera un trozo de sal.
Él concedió el deseo de su hija y la llevó a una mina de sal en Maramaros. Kinga sacó su anillo de compromiso y lo arrojó a un pozo. Cuando llegó a Cracovia, la princesa les pidió a los mineros que profundizaran en la mina hasta que encontraran una roca. Encontraron un trozo de sal y en su interior estaba el anillo de Kinga. Después de esta historia, se convirtió en la patrona de los mineros de sal, que los mantenían a salvo mientras trabajaban.
El recorrido por los lagos
Puede parecer que una vez has pasado por la enorme capilla de St Kinga ya se acaba la visita. ¡Pues no! Todavía queda recorrido, y lo que viene es espectacular: los lagos salinos, que crean una escena muy particular. El primero es la cámara Weimar, que se creó a principios del siglo XX después de la excavación de un gran bloque de sal verde. Las galerías y pasarelas de madera se utilizan para mantener las instalaciones.
Sin duda uno de los puntos más impresionantes (tanto o más que la capilla de St. Kinga) fue la enorme Cámara Michalowic. Este espacio de 35 m de altura está lleno de intrincados andamios de madera hechos a mano y es una vista increíble. Pensar que este espacio masivo fue excavado y apoyado sin maquinaria es casi increíble, de hecho, este depósito era tan grande que fue explotado durante casi 100 años.
La vuelta al mundo real
Una vez llegas a la sala final, el guía se despide y nos deja el tiempo que queramos. Casualmente en esa sala se encuentran las tiendas de minerales. Para salir, hay que hacer todavía un pequeño recorrido hasta llegar a una cola, en la que otro guía va haciendo los grupos por orden de llegada. Todavía recorremos algunos túneles hasta llegar a los dos niveles del ascensor/jaula. En cada nivel caben unas 10 personas (y si no caben, se aprietan), por lo que mejor cruzar los dedos para que no te toque un compañero sudoroso.
Info práctica
¿Como llegar a Wielickza?
En tour
Entendemos que haya quién prefiera que se lo den todo hecho cuando está de vacaciones, por lo que una buena opción es hacer la excursión en español a las minas de Wielikcza, en la cuál te recogen en autobús en el centro de Cracovia, te llevan a las minas y un guía de habla española te va explicando el recorrido. De esta forma te olvidas de reservar por adelantado y puedes dejarte llevar. Tiene una duración aproximada de 4 horas y cuesta 43€, aunque hay descuento si tienes el carnet de estudiante y eres menor de 26 años (ambas cosas). La opción guiada te permite reservar hasta las 20h del día anterior, por lo que prácticamente te aseguras plaza hasta el último momento si cambían tus planes.
También puedes en un mismo día la excursión combinada de las minas de Wielikcza y el campo de Auschwitz , si es que te apetece ir al campo de concentración.
Por tu cuenta
Como siempre, nosotros recomendamos hacer las excursiones por nuestra cuenta. No sólo sale mucho más barato, sino que además tienes que «apañartelas» en un país extranjero, con una moneda e idioma diferentes, algo que no deja de ser uno de los beneficios que te aporta viajar. Las minas de sal de Wielickza se encuentran a 16km del centro de la ciudad y hay un tren directo desde el centro cada media hora. La parada de las minas es la última de la línea, llamada Wielickza… ¡por lo que no tiene pérdida y en 25 minutos te plantas allí!
El billete cuesta 3,5PLN (¡0,81€!) y se puede comprar en las máquinas de la estación o dentro del mismo tren. Si vas de interrail, el billete es válido, pero intenta combinarlo con otro viaje en tren el mismo día para no perder uno de los días que puedes utilizar.
También es posible llegar con el bus 304.
Dormir en la mina
Sí, sí, como lo lees. Es posible dormir bajo tierra, pues se ha habilitado un resort subterráneo donde puedes recibir tratamientos e incluso dormir, dadas las propiedades curativas de la sal. Nosotros no nos quedamos porque no nos cuadraba con los tempos de nuestro viaje, pero tenéis más información aquí
7 Consejos para visitar la mina de sal de Wieliczka
Reserva online
Como en la mayoría de atracciones turísticas, la falta de planificación se paga cara. Las minas abren pronto (entre las 7.30-8 am, dependiendo de la temporada) y es fácil que se acumule mucha gente, pues se mezclan los que tienen reserva online y los que compran allí la entrada. Nosotros teníamos visita a las 15 y las colas en taquilla daban miedo.
Además, y para fomentar esta reserva online, las taquillas físicas abren prácticamente una hora más tarde del primer tour, así que si quieres madrugar no te queda otro remedio. Puedes comprar las entradas aquí y escoger idioma de tu visita y qué horario te interesa más, pues te indica cuántas plazas quedan disponibles.
No compres el permiso para hacer fotografía
Vale, se supone que deberíamos dar ejemplo y no recomendar saltarnos las normas. Pero es que nos hemos enterado que existe este permiso para hacer fotografías (10PLN) mientras recopilábamos la información para hacer el post. Nadie nos informó durante la visita y en ningún momento nadie nos lo pidió, y eso que llevabamos dos mirrorless y que nos íbamos parando a hacer fotos durante el recorrido. En caso que os lo pidan, es posible comprarlo una vez estás haciendo la visita.
Lleva chaqueta
La mina de sal de Wieliczka se encuentra 64 metros por debajo de la superficie, así que cuánto más bajes más frío hará. Si eres friolero, no dudes en llevarte una chaqueta, aunque la temperatura en la mina ronda los 15ºC.
Ves preparado para andar
Y bajar escaleras. Si anestesia el guía nos informa que debemos bajar 380 escalones por una estrecha escalera de madera. Cuando llegas (mareado) abajo y piensas que ya se ha acabado, te das cuenta de que todavía habrá que subir y bajar algunas más durante todo el recorrido, unas 800 en total. Spoiler alert: la subida a la superficie se hace en un ascensor minero en el que intimas bastante con el resto del grupo, por decirlo de alguna forma.
Calcula tiempo de más
Cuando el guía os deja al final del tour, todavía puedes darte un paseo por una zona de las minas. Cuando estés listo para volver a la superficie, os debe acompañar un guía, por lo que hay que hacer cola y os puede tocar esperar, en función de la cantidad de gente que haya. Luego toca andar unos 15-20 minutos hasta el ascensor, que te deja a 10 minutos de la entrada principal. Esto es importante de saber si tienes que coger el bus o tren a una hora específica, pues deber calcular siempre un poco más de tiempo para evitar tener que correr luego.
Respira hondo
Según la web de la mina, la mina de sal de Wieliczka tiene un micro clima. El aire está libre de contaminación y alérgenos, es rico en micronutrientes y se mantiene a temperatura constante, con una humedad alta y libre de radiaciones dañinas, ¡lo que significa que este aire es la leche! Si lo deseas, puedes quedarte a dormir en el resort subterraneo o pasar un tiempo en el spa, el cuál dicen que ayuda a mejorar el asma, las infecciones respiratorias y las alergias. ¡Así que lo menos que puedes hacer durante la visita es respirar profundamente!
Olvídate del teléfono
Las condiciones de luz dentro de la mina no son las mejores para fotografía ni llevando una cámara con controles y sensibilidad elevada. Por supuesto puedes intentar hacer fotos con el móvil, pero muy posiblemente tengan granos como paellas y muy poca definición en la imagen. Nuestra experiencia con las cámaras (que siempre nos han dado buenos resultados en ambientes con poca luz) es que incluso apoyándolas en algún lado (los soportes son escasos), había que forzar mucho la ISO, costaba mucho enfocar y sacar algo decente.
Valoración
La verdad es que la mina de sal de Wieliczka sorprende, y mucho. Nosotros habíamos hecho otros recorridos subterráneos como los búnkeres de Mussolini en Roma o el Hospital en la roca en Budapest pero el trabajo que hicieron los mineros en este espacio tan cerca de la ciudad polaca es digno de admirar, aunque consideramos que los 89PLN (casi 20€) de la entrada son un precio demasiado elevado comparado con la resta del país prácticamente una entrada era nuestro presupuesto diario de comidas. Por poner un ejemplo, el día que nos dimos un homenaje y comimos como señores en Varsovia nos gastamos 80PLN entre los dos, la mitad de lo que cuesta la visita a la mina de sal de Wieliczka.