[fusion_text][fusion_text]Otro día más el cielo está blanco y con niebla, algo que parece ser normal en las ciudades asiáticas en esta época del año, lo que te da la sensación permanente que vaya a caer la del pulpo (pero no, sólo hace calor y humedad). Hay tan poca visibilidad que apodamos a Kuala Lumpur como la “ciudad sin cielo”, ya que apenas se ven los rascacielos de su skyline
Salimos de nuestro hostel en Chinatown para dirigirnos sin prisa hacia el barrio de los Bricklanes, que recibe este nombre por ser dońde se producían los ladrillos de buena calidad con los que construían los nuevos edificios, en base a la ley que obligaba a construirlos todos con este material.
TEMPLOS HINDÚS
El barrio está situado justo debajo de la via del monorraíl y nos encontramos el templo hindú de Sri Kandawamy Kovil, uno de los más antiguos y ortodoxos de la ciudad, por lo que las fotografías y vídeos están totalmente prohibas en su interior. Su entrada está plenamente ornamentada y es mucho más grande y menos turístico que el de Sri Maghamariamman, situado en Chinatown. Cuando llegamos suenan las campanas y los tambores de la pooja, por lo que asistimos a una ceremonia equivalente a una misa. Como en otros templos, es obligatorio dejar los zapatos en la entrada y las mujeres tenemos que cubrirnos las piernas, por lo que llevar un pañuelo en la mochila no va nada mal.
Su fachada contrasta muchisimo con los enormes edificios de su alrededor. Subiendo la calle en dirección KL Sentral hay varios templitos más a la derecha, todos ellos en reconstrucción.
Nuestro recorrido pasa por una calle humilde, con negocios tradicionales y casas bajas, hasta llegar al YMCA.
FOOD COURTS
En su esquina encontramos un curioso food court de comida china llamado One Sentral Restaurant, formado por varios carritos de comida, con sus ingredientes expuestos y el listado de platos en un lateral. Tu eliges qué quieres (si tiene foto es más fácil), te dan un número y te lo traen a la mesa. Pagas cuando te lo traen y los precios van de 4-9 MYR (1-2€) y las raciones son abundantes.
TEMPLOS CHINOS
En esta zona del barrio vemos muchas tiendas regentadas por chinos,. Unos farolillos rojos nos guían hacia el templo de Sam Kow Temple, con un tejado ricamente decorado, también en contraste con los edificios de alrededor. En este templo no hace falta descalzarse y no es tan impresionante como otros que hemos visto.
MEZQUITAS
Basta mover la cabeza un poco hacia la izquierda para ver desde el mismo templo la Madrassa perteneciente a la Madrasathul Gouthiyyah Surau Brickfields, una mezquita muy modesta de acceso libre.
TEMPLO BUDISTA
Seguimos callejeando por el barrio hasta llegar al templo budista Maha Vihara, de la corriente de Sri Lanka. Un lugar en el que se respira paz y el marmol blanco invita a descalzarse y acercarse a las estatuas de los blancos budas que están sentados bajo dos Bodhi Trees. El recinto es una escuela de meditación y en una pequeña capilla encontramos un buda reclinado y uno sentado, dignos de ver.
LITTLE INDIA
Prácticamente hemos pasado ya por todas las religiones. De camino a Little India nos cruzamos con la Iglesia católica de Fátima, pero al contrario que el resto de templos, éste está cerrado. Y entonces giramos una curva de la calle y llega una explosión de color, acompañada de música y olores familiares. Unos arcos de colores nos indican la llegada a Little India. De las tiendas, regentadas por indios, nos llegan olores de incienso y curry, así como música a todo volumen salida de cualquier peli de Bollywood. ¡Es imposible que no se te vayan los pies!
En las tiendas hay todo tipo de productos típicos y muchos restaurantes, en los que nos quedamos mirando un rato los platos desde la entrada, dudando si será very spicy pero con la intención de volver. ¡Toda esa colorida comida tiene que estar buena!
Little India se expande hasta prácticamente llegar a Kl Sentral, por lo que después de comer no renunciamos a nuestro chai (o teh tarik, té con leche condensada y especias) preparado de forma tradicional, cambiando el liquido entre dos cuencos, en un tenderete con ventiladores en el techo. Cuesta 1,30MYR, cuando en un local con puerta y aire acondicionado nos pedían 4!
Este paseo por los barrios humildes nos ha encantado y lo recomendamos como ruta para hacer en un día en Kuala Lumpur, ya que nos permite descubrir templos y negocios de diferentes religiones, así como degustar comida local dónde comen los locales. No es casualidad que en esta parte de la ciudad los pañuelos en la cabeza que llevan la mayoría de mujeres con quienes nos hemos cruzado se hayan convertido en coloridos saris, que demuestran que la convivencia entre religiones es completamente posible[/fusion_text]
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