Patio andaluz. Aunque no haya visitado mucho Andalucía, estas palabras crean en mi mente una imagen compuesta por un patio de paredes blancas, lleno de flores, con algunos vecinos hablando y de fondo, alguien toca una guitarra.
Esta imagen bien podría pertenecer a Córdoba, pero os voy a llevar de viaje a El Puerto de Santa María, en la província de Cádiz, una ciudad que tiene como sobrenombre la ciudad de los 100 palacios.
Hoy en día, El Puerto de Santa María es una agradable localidad que vive de cara al mar, dónde el marisco marida a la perfección con el vino de las diferentes bodegas de la localidad.
Un poco de historia sobre El Puerto de Santa María
La quinta ciudad más poblada de la província de Cádiz ha tenido, desde tiempos immemorables, un destacado papel en la historia. Fundada en el año 19 a.C, pasó a formar parte de territorio musulmán en el 711 y reconquistada en 1260 por Alfonso X, quien le otorgó el nombre de Santa María del Puerto.
Tierra de astilleros, escuelas de formación de marineros y con instituciones de comercio, llamó la atención de Cristobal Colón para establecer aquí su base antes de salpar hacia Las Indias en 1492.
Y aunque no salió desde este puerto sino del de Palos, el comerciante portuense Juan de la Cosa lo acompañó en esa primera travesía, lo que le valío para ser el primer cartógrafo en colocar las nuevas tierras descubiertas en el mapamundi.
El Puerto de Santa María, la ciudad de los 100 palacios
Fue producto de la actividad comercial con la América Española o Indias, que en los siglos XVII y XVIII se levantaron en El Puerto de Santa María las casas-palacio, adaptados a las necesidades de los grandes comerciantes (como por ejemplo tener una entreplanta en la cuál se encontraban los despachos para las especies y telas), que también recibían el nombre de Cargadores de Indias.
Aunque hoy en día muchos de ellos están en decadencia, fue el comercio del vino durante el siglo XVIII el que mantuvo estas casa-palacio, ya que los grandes bodegueros de la localidad (Osborne, Caballero, Terry…) las heredaron de los Cargadores de Indias.
Los patios portuenses
Sin importar su tamaño, si hay algo que tienen en común muchas de las casas de El Puerto de Santa María está escondido de puertas para adentro, y es su patio.
No se trata de una habitación más, sino de toda una institución e incluso una forma de entender la vida para los habitantes de El Puerto de Santa María. Aquí es dónde se comparten las historias cotidianas, mientras los vecinos ven la vida pasar. ¿Y no nos gustan a nosotros, las historias de la gente local?
Del pasado romano y musulmán de esta localidad todavía se mantuvo la tradición de construir las casas con un patio, colocando una fuente o abundante vegetación para dar sensación de frescor y combatir los calurosos veranos andaluces.
Según la asociación cultural de amigos de los patios portuenses, en todo El Puerto de Santa María hay más de 600 patios, aunque no todos ellos están censados.
Según nos contaron, hay dos tipos de patios: los que pertenecen a edificios patrimioniales (monasterios) o casas palaciegas, que siempre han pertenecido a la misma familia, y que tienen todas las estancias distribuídas alrededor del patio. Su arquitectura es mucho más trabajada que en los patios populares.
El segundo son los patios de las casas de vecinos más populares, donde el patio de vecinos es un área común compartida entre varias familias que viven en edificios más modestos. No todos han corrido la misma suerte en lo que a conservación se refiere, dado que la restauración y mantenimiento tienen un coste elevado, pero sin duda están todos llenos de de historia, belleza y peculiaridades.
La fiesta de los patios portuenses
Desde el 1988, la asociación cultural de amigos de los patios portuenses, con unos 30 asociados, se ha propuesto que estos espacios vecinales no caigan en el olvido y sea un atractivo turístico más de El Puerto de Santa María.
Por ese motivo organizan anualmente la Fiesta de los Patios Portuenses #depatioenpatio, entre los meses de abril y mayo, y con una duración de jueves a domingo. Por si quieres ir reservándote un hueco en la agenda para disfrutar de este evento, apunta: del 23 al 26 de abril de 2020. ¡Ya puedes ir buscando tus vuelos a Jerez o a Sevilla!
Durante este fin de semana largo, unos 30 patios abren sus puertas al público, siendo los propios vecinos los que acogen al visitante y le ofrecen un aperitivo, una copa de vino o conversación sobre sus vivencias y costumbres.
Además en algunos se hacen talleres de poesía o conciertos de flamenco, y todos ellos participan en un concurso simbólico de patios.
En nuestro caso, los vecinos de la asociación nos abrieron las puertas de la Casa Nº6 para que pudiesemos vivir en primera persona la hospitalidad andaluza, sentados todos alrededor de una larga mesa y pudiendo charlar con ellos.
Creo que todos nos quedamos enamorados de lo orgullosos que están los vecinos de sus patios y la ilusión que les hace que se mantenga la tradición y el mundo los conozca.
Por si esto fuera poco, las calles de El Puerto de Santa María donde se desarrolla esta fiesta se iluminan durante la celebración del evento, y las puertas de acceso a estas casas y casas palacios se señalan con un cartel y un delantal expuestos a la entrada. ¿Por qué un delantal?
El delantal es el símbolo que representa el trabajo, la pulcritud y la dedicación que los vecinos y propietarios consagran para que estos patios luzcan su mejor esplendor y su historia más autentica.
Por si te preguntas qué hace diferentes a los patios de El Puerto de Santa María del resto de patios andaluces, los propios vecinos nos contaron que los patios portuenses, al contrario que los de Córdoba, son pura anarquía. No existe una alineación de macetas, ni una búsqueda de la simetría, ni prima la estética. Tampoco hay que hacer cola para entrar en ellos, por lo que se pueden disfrutar con todo el tiempo.
Alojarse en un patio de El Puerto de Santa María
Además de visitarlos durante la fiesta de los patios portuenses, también tienes la oportunidad de alojarte en un patio de El Puerto de Santa María. Los propietarios de algunos de ellos los han restaurado para ofrecer al visitante una verdadera experiencia inmersiva en el pasado colonial de la ciudad y su presente más cercano. ¿A quién no le gustaría despertarse en un lugar así?
Patios portuenses – El Puerto de Santa María
El patio que visitamos nosotros, el Casa nº6, es uno de ellos. Se puede alquilar la casa al completo o por habitaciones, cada una de las cuales tiene el nombre de un vino de la tierra: amontillado, manzanilla… Para rememorar este pasado colonial, además, es posible realizar una cata de vino bajo petición.
Esta casa, construida alrededor de 1750 por Patrick O’Neale, un caballero hispano-irlandés comerciante del vino, por lo que la adaptó a su negocio. Desde la terraza se podían ver con antelación los barcos a su llegada al puerto. Posteriormente se convirtió en vivienda, llegando a alojar a diferentes familias que compartían un espacio común: el patio.
Fue en 1998 cuando una pareja hispano-inglesa decidieron comprarla y apostar por ella, reformándola entera para convertirla en una casa de huéspedes, cuyo patio fue reconocido con el premio al patio monumental del año, cosa que no me extraña en absoluto, pues además del patio central, toda la casa es una cucada.
¿El balcón de Romeo y Julieta? Domi en el pasillo del primer piso Terraza de la Casa Nº6
Como bien dice el refrán, vale más una imagen que mil palabras. Y aquí os hemos puesto unas cuantas, aunque si de verdad quieres saber qué historias cuentan los patios de El Puerto de Santa María, nada mejor que visitarlos en persona. ¿Conoces alguna iniciativa similar?