San Francisco: el Golden Gate, las persecuciones por sus empinadas calles con los coches soltando chispas de Too Fast Too Furious… A orillas del océano Pacífico, la ciudad tiene mucho que ofrecer. Según el lema de su oficina de turismo (en un acto de modestia), se trata de las 49 millas cuadradas más interesesantes del planeta. Aunque no tuvimos suficiente tiempo para comprobar si este eslogan es verdad o no, pues solo estuvimos un fin de semana en San Francisco, nos fuimos con muy buen sabor de boca, y con ganas de volver incluso antes de habernos marchado.
La pregunta, así, de buenas a primeras, es bastante complicada. Lo ideal es tener una semana como mínimo para recorrer sus calles y poder charlar con la gente (somos así de románticos, qué le vamos a hacer), pero era bastante imposible, así que intentamos aprovechar al máximo nuestras 36 horas en la ciudad, después de 4 horas para pasar el control de immigración en el aeropuerto (con visita a la sala de detención incluida. Y sí, es como en las películas…) y antes de partir hacia Yosemite, uno de los lugares más mágicos de todos los que conozco de Estados Unidos.
Aquí te dejamos algunas cosas que hacer en San Francisco durante un fin de semana y a buen precio, ¡2×1! Te contamos siguiendo el orden que hicimos nosotros, pero por supuesto puedes visitarlos como mejor te vaya. ¡No olvides hacer un free tour por San Francisco como primera toma de contacto por la ciudad!
Hay que decir que nosotros llevabámos la CityPASS de San Francisco porque nos la facilitaron desde Visit San Francisco y la verdad es que solo la utilizamos para el transporte público. Al tener poco tiempo en la ciudad, no quisimos encerrarnos en los museos, aunque el Exploratorium tenía muy buena pinta.
En general Estados Unidos es un país seguro, pero su sistema sanitario es extremadamente caro. Por eso, recomendamos que siempre viajes con un seguro de viajes, para que nada arruine tu viaje soñado. Por ser lector de nuestro blog, tienes un 15% de descuento en el seguro de viaje de Mondo hasta el 2 de julio, uno seguros de viajes con las mejores coberturas. ¡Además tienes una app para contactar rápidamente con un médico!
Pasear por el Pier 39 y ver sus leones marinos
Quizás sea, después de cruzar el Golden Gate y subir en tranvía, la turistada más tipica de aquellos que vamos por primera vez a la ciudad del verano más frío del mundo. Prácticamente fue lo primero que vimos al llegar a San Francisco, pero nos estuvimos un buen rato parados en el Pier 39 observando a los leones marinos en libertad que se amontonan en las plataformas, ajenos a la multitud que les mira.
El Pier39 está reformado y su aspecto recuerda a alguno de los pueblos de Port Aventura o de las pelis americanas: las parejas cogidas de la mano, con una nube de algodón, paseando entre los restaurantes con olor a marisco. Curioso para darse una vuelta. En los alrededores encontramos varios murales en las paredes y en el pier 45, el USS Pampanito, un submarino de la Segunda Guerra Mundial que hundió seis barcos enemigos y logró rescatar a 73 hombres y llevarlos a Estados Unidos. La entrada cuesta 20$ y si os gusta la temática militar, visitar el interior del submarino puede ser muy interesante.
Si tienes pensado visitar el USS Pampanito, acceder a varios museos en la ciudad, coger el bus turístico, hacer un crucero por la bahía o alquilar bicicletas, la Go Card San Francisco puede ser una buena opción al incluir la entrada gratuita a más de 20 atracciones de la ciudad. Puedes comprarla AQUÍ
Ir a las oficinas de Google
Sí, no es un planazo. De echo acabamos allí porque nos pasamos la parada del tranvía y al bajar teníamos delante las oficinas de Google y Firefox, por lo que este grupo de frikies no pudo evitar estarse un rato echando fotos como si estuviésemos en el Golden Gate. Lástima que al ser domingo estaban cerradas…
Subirse en un tranvía histórico
Vale, ésta es LA turistada. Pero es que es difícil resistirse a recorrer las calles de San Francisco montados en uno de sus tranvías históricos de color amarillo que suben por la empinaa calle California. El trayecto cuesta 7$ y está incluído en la City Pass.
Por supuesto, lo que mola es colgarse de las barras exteriores (solo 4 personas por lado), así que lo mejor es cogerlo al final de la calle California, casi en Embarcadero para realizar la subida. Dicen que el que tiene mejores vistas de San Francisco es el The Powell-Hyde , ya que cuando baja por la parte norte de Russian Hill, ves la bahía de San Francisco y Alcatraz.
Dar un paseo por el barrio de Mission Dolores
Tras la subida en tranvía a la parte alta de la ciudad, nos dirigimos hacia el barrio de Mission Dolores, uno de los más coloridos, étnicos y el barrio residencial más antiguo de San Francisco. Lo ideal es pasear un rato para abrir el hambre (y comer en uno de los muchos restaurantes de diferentes nacionalidades que encontramos) y deleitarnos con los murales que recubren el Women’s building, un espacio comunitario dirigido por mujeres que aboga por la autodeterminación, la igualdad de género y la justicia social. Y con estos motivos están pintadas las paredes, ¡toda una obra de arte!
No puedes irte del barrio sin pasar por Clarion Alley, un pequeño callejón entre las calles Mission y Valencia y las calles 17 y 18, pintada con infinidad de murales de graffiti, bajo el proyecto Clarion Alley Mural Project,. Éste lleva desde 1992 utilizando el arte público como una fuerza para aquellos que están marginados y un lugar donde la cultura y la dignidad hablan más que las reglas de la propiedad privada o que un estilo de vida que antepone el beneficio al respeto, la vida social y la justicia.
En el corazón del barrio de Mission Dolores encontramos el enorme parque con el mismo nombre, un lugar con buenas vistas de la ciudad y muy concurrido durante los fines de semana de buen tiempo. ¡Es como en las pelis! Gente de pícnic, grupos de amigos jugando al freesbie…
El colorido barrio de Castro
Sin duda es el barrio gay más famoso del mundo y el epicentro del movimiento LGTB durante los años 60-70 gracias al activista político Harvey Milk. Quizás la imagen más conocida sea el paso de cebra arcoiris, en el cruce de Castro st y la 18th, pero las casitas de la calle 19th desde el Mission Dolores no tienen nada que envidiar a las famosas painted ladies. Aunque no seamos de mucho shopping, los escaparates de Castro pueden darte más de una alegría fotográfica, así como hacer que te explote la cabeza con algunos nombres de los negocios, que no sabes si es para darles un premio de marketing o reir.
Lastima no haber tenido más tiempo, porque me hubiera gustado acercarme a los toboganes de cemento de Seward Park y dejar que la niña que llevo dentro se deslizase por los carriles. Intentamos ir pero las calles se empinaban cada vez más y nuestro estado de forma física deja mucho que desear.
Painted ladies, un icono de San Francisco
¿Quién no asocia estas casas pintadas a la imagen mental que tenemos de San Francisco? Una calle empinada con unas preciosas casas de colores, con un parque delante. Después de pasear por algunas calles de la ciudad, las casas victorianas más famosas de la ciudad quizás no nos impresionaron tanto como pensábamos, además que el parque estaba llenísimo de gente que había tenido la misma idea que nosotros.
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas casas estaban pintadas con pintura gris barata y la ciudad parecía monótona. Así que un artista local, Butch Kradum, comenzó a pintar casas en azules y verdes brillantes y se puso de moda. Para cuando llegaron los 70, había muchas casas brillantes en la ciudad. Con el paso de los años se han convertido en la postal de San Francisco.
Tour gastronómico por Chinatown
Una buena forma de acabar el día es realizando un tour gastronómico por Chinatown y North Beach cuando cae el sol. A primera vista puede parecer que Chinatown son solo tiendas de souvenirs baratos, por lo que recorrerlo de la mano de una persona conocedora del barrio, que te va explicando toda la historia mientras te lleva a los locales más míticos y te va explicando los diferentes platos que se pueden degustar. ¡Acabamos probando un montón de delicias chinas que de otra forma nos hubieramos perdido por el miedo a cómo sabrán! Además, nunca nos habíamos adentrado tanto en la historia de un Chinatown (el de San Francisco es el primero y la segunda área más poblada de EEUU después de Manhattan). En teoría dura unas 3 horas, pero nuestro guía sentía tanta pasión que se alargó un poco más. Durante el recorrido probamos dim sums, descubrimos cómo se fabrican las galletas de la suerte, hicimos una cata de tés con explicación al detalle (el té de bolsa de supermercado ya nunca volverá a ser el mismo para nosotros), pato pekin y hasta cannolis de la zona de North Beach.
¡Que la fuerza te acompañe!
Seguramente esto no aparezca en las listas de lugares imprescindibles en San Francisco, pero para nosotros tenía cierta gracia. Aprovechando que ibámos hacia el Golden Gate, no quisimos dejar pasar la oportunidad de buscar la fuente de Yoda en los jardines del Presidio de San Francisco.
Cruzar el Golden Gate
Era obvio que en este listado para disfrutar de San Francisco sin gastar demasiado no podía faltar cruzar el Golden Gate, 2 millas (3,2km) de orilla a orilla. Como ibámos justos de tiempo y amenazaba llúvia, hicimos una pequeña trampa y fuimos en taxi (a repartir entre 4) y volvimos andando.
Desde la zona norte del puente, podemos subir al mirador de Battery Park, aunque nosotros nos quedamos en el Golden Gate Bridge view, un aparcamiento lleno de carteles avisando de no dejar nada en los coches, algo que por desgracia es común en muchos lugares turísticos. Desde aquí cruzamos por el lado izquierdo del puente. Aunque es lo típico, es muy fácil agobiarse por la cantidad de tráfico y las bicicletas con las que compartes carril. Sin embargo por el camino hay puntos con buenas vistas de la ciudad y en función de tu creatividad, pueden salir cosas chulas.
Llega la tormenta Peatones, ciclistas y coches
Siempre solemos hacernos un mapa de los lugares que visitamos, aquí te dejamos el nuestro por si te puede ser útil. Puedes descargarlo haciendo click en expandir.
Debido a la falta de tiempo, en esta primera visita solo hicimos actividades gratuitas (exceptuando el tour gastronómico). Si tenéis tiempo, hay mil y una cosas que podéis hacer en San Francisco, como visitar Alcatraz, hacer una cata de vinos…
Si lo que te preocupa es la información básica (alojamiento, dónde comer…), te recomendamos que des un vistazo a nuestro post para ahorrar en San Francisco.